Si, ha nacido la oposición, la que siempre soñó el prócer
José Vicente Rangel, “una oposición seria, responsable” y sobre todo,
impecablemente excluible de la sempiterna calificación de “golpista”.
Una oposición que pertinazmente no solo se opone a golpes
sino a cualquier agitación insurreccional, y se dispone a su absorción
institucional definitiva por parte del Estado, al desechar (con alivio) el
referéndum revocatorio y permitir, sin que se le caiga la cara por la
vergüenza, nuevos comicios en el estado Amazonas, con ello ha firmado su
asimilación ¡al fin una oposición sensata, que desea la paz! podrá afirmar,
entre cumbia y salsa, el bailarín Maduro.
Es desde luego, una oposición que está siendo recibida con
júbilo por la comunidad internacional en pleno, por la nueva iglesia católica
jesuita, con su papa blanco y su papa negro a la cabeza, y muy importante, los
militares.
Una oposición que nunca nombra a Cuba y el dominio que
ejerce sobre el régimen chavista, una oposición que nunca habla de militares
salvo para advertir que “todos los golpes son malos”, se trata de una oposición
que con obediencia y disciplina, cumple rigurosamente con el perfil requerido
para incorporarse al Estado chavista.
Con esta oposición se podrán hacer muchas cosas, se podrá
avanzar en el proyecto nacional bolivariano y se podrá pactar incluso una
inofensiva “transición al consenso”. La peronización, en este caso
“chavización” de la oposición venezolana, permitirá que además el proceso se
pueda hacer sin sobresaltos ideológicos. Por primera vez toda la izquierda, una
izquierda de faunas variopintas que se extiende desde los fundamentalistas de
la guerrilla hasta los neoallendistas de Primero Justicia, está lista para
unificarse pragmáticamente en torno al poder, esta es la verdadera “unidad” por
si no lo habían notado. Es el sueño de Teodoro Petkoff hecho realidad, la
unificación de las "dos izquierdas", una izquierda unida, una
"unidad popular" pero con protección militar.
¿Qué hacer? pues poner la cabeza en orden antes que nada.
La primera resolución que debemos plantearnos, en especial
los ciudadanos que se sienten traicionados por una “dirigencia” que los
pastoreó hasta la estepa arrasada, es que no podemos seguir permitiendo la
distracción de la “mesa de la unidad democrática” (MUD), “El Gran Trapo Rojo”,
y una vez tomada esta resolución, enfocarnos en terminar de comprender la
cuestión del poder y prepararnos para tratar de construir una oposición verdadera,
que deberá desenvolverse bajo régimen de represión y persecución en cuanto
comience a dar muestras de “organicidad eficaz”.
La cuestión del poder pasa por asimilar de una buena y
definitiva vez, que el Estado chavista es un Estado dominado por Cuba, que esto
no se trata de mera injerencia. El Estado chavista es una emanación del Estado
castrista y aplica un proyecto adaptado al rentismo venezolano y su ecosistema
de poderes, aquí no hay improvisación, ineptitud, corrupción, las hay como no,
pero no es lo determinante, aquí hay un proyecto preciso en ejecución que nos
llevará al comunismo versátil, tal como lo describí en un artículo anterior.
[1]
La cuestión del poder pasa sobre todo por la fuerza armada,
mientras no entendamos sin sombra de duda, que el Estado chavista es un Estado
militarista, y que el poder no es que pasa por los militares, es que ellos son
EL PODER, nunca se comprenderá ni la naturaleza ni la dimensión del problema.
Hay que empezar a comprender con frialdad minucias muy de moda como las de
Miguel Rodríguez Torres y Henri Falcón, que en el fondo son proyectos -uno
boliburgués, el otro “ecuménico”- que han sido confeccionados para contar con
la imprescindible anuencia militar.
Mientras sigamos distraídos con los devaneos civiles de la
casta política, y no incorporemos a Cuba y los militares como lo que debe
dominar nuestra visual del Estado chavista, siempre estaremos luchando contra
espantapájaros, estaremos dando vueltas en el vacío, sin avanzar un milímetro.
Cuba determina y manda sobre un Estado militarista, este
país es un cuartel cuyo comando está en La Habana y Caracas es una sucursal colonial,
métanse esto en la cabeza y “paren de sufrir” por lo que hacen y dejen de hacer
los micropolíticos, sean “opositores” o no.
En cuanto a preparar y construir una verdadera oposición de
disidencia y resistencia, déjense también de cuentos de hadas, de que podrá
armarse algo en relativa tranquilidad, contando con la tolerancia de la
seccional partitocrática del Estado chavista, pues toda oposición verdadera,
operante, eficaz, será ilegal, y será reprimida y perseguida, y en eso contará
con la colaboración de los partidos de la MUD, no solo de los partidos
escatológicos PJ, AD y UNT [2], sino de todos los que se queden del lado
“institucional-constitucional”.
Es más, lo que deberían evitar de ahora en adelante todos los
que de verdad quieran constituir una legítima oposición de disidencia y
resistencia, es el contacto con los partidos escatológicos de la MUD y también
con los “ambiguos” y “vacilantes”, pues cualquier cosa que digan o comenten
será como contársela al enemigo, por eso es que me dan risa ciertas propuestas
conmovedoras, en donde se habla de una “unidad superior” o “mayor”, que
incorpore a la MUD ¡si cómo no! ¡háganlo para que vean cómo van a terminar!
Una de las consecuencias siniestras del "diálogo",
es que de ahora en adelante o habrá partidos oficiales o habrá partidos
perseguidos. Partido que no se pliegue al "diálogo" se expondrá a la acusación
de ser un grupo golpista-terrorista, y a ser ilegalizado y perseguido como tal,
váyanse dando cuenta por favor.
A Voluntad Popular, la aceptación del “diálogo” lo ha puesto
realmente entre la espada y la pared: o se arrodilla, o tendrá que asumir su
destino insurgente, el único coherente con su trayectoria de líder máximo preso
y cuatro alcaldes derrocados.
Imperativamente deberá considerarse esta ominosa
perspectiva, a la hora de crear una alternativa política la cual deberá
proponer la clandestinidad como su ámbito exclusivo de acción, cualquier otra
cosa no deberá ser tomada en serio, especialmente cuando haya arrancado la
transición de los gatopardos.
[1] “El Gran Trapo Rojo” (El Comunismo Versátil)
@FBoccanera