Termina el año 2016 y cuando nos encontramos justo a las
puertas de lo que será la peor avanzada del régimen desde que se instauró,
ofensiva incomparable con la gradualidad de “injerto socialista” de años
anteriores, la ciudadanía termina el año entrampada y frustrada, extraviada en
el laberinto del régimen y su oposición oficial, entidades ambas constituidas
por la peor clase política en un siglo, clase política que no es que sea débil,
es degenerada, porque en ninguna otra circunstancia habría podido multiplicarse
y menos sobrevivir, al ser expresión de la misma decadencia que dio origen a
estos años oscuros, los de una “larga noche venezolana” que comenzó en la madrugada
del 4 de febrero de 1992.
En 2017 se nos viene una arremetida sin precedentes por
parte del régimen, y nos va a agarrar sin oposición, sin dirección política y
con una ciudadanía abandonada a su suerte, en desespero. La mesa está servida
para situaciones que harán palidecer las penurias de estos últimos años y más
que de mesa servida, se debería hablar de altar sacrificial, es más, todas las
“mesas” se han vuelto eso en los últimos tiempos.
No debería perder el tiempo hablando de la “mesa de la
unidad democrática” (MUD) pero es inevitable, pues desde ese altar sacrificial
se aprestan a preparar su doble festín electoral en 2017, con las elecciones
para gobernadores y alcaldes, con las cuales piensan “conquistar espacios” como
nunca, juergas perversas que se nos venderán una vez más, como procesos
cruciales en donde el país se “juega su destino”, y una vez más, mucha gente
acudirá a votar, por vacío, por comodidad, por esperanza. Aviso desde ya que a
esa gente, no está dirigido el presente artículo.
Tampoco está dirigido a los partidos, porque los partidos en
mi opinión, ya se terminaron de definir en el “diálogo” y se terminarán de
definir sin vuelta atrás en 2017, con su participación en la Asamblea Nacional
(AN) y sobre todo en las elecciones.
¿Cuál será la asamblea que tendremos en 2017? ¿La misma
farsa y comparsa que tuvimos este año? ¿o tendremos una AN distinta, combativa,
realmente insurgente? La respuesta la obtendrán el 5 de enero: si logran reanudar
sesiones y su presidente será Julio Borges por mérito de un pacto de alternancia,
ya saben que no habrá cambios, más que en apariencias, en apariencias de
apariencias mejor dicho.
¿Pero cómo se definirá en 2017 si realmente un partido es de
real oposición o solo de “unidad”? la prueba ácida la constituirá su
participación en las elecciones, incluso más temprano, con su participación en
las primarias. Eso definirá si son o no son del sistema: si siguen en la
“unidad” ya sabremos de una vez por todas que no son partidos de oposición, punto.
La cuestión de ciertos partidos en definición aún pendiente,
va dirigida a cualquier partido que no pertenezca al grupo escatológico
conocido como “G3” constituido por las empresas “Primero Justicia” (PJ), “Acción
Democrática” (AD) y “Un Nuevo Tiempo” (UNT), en ese grupo no incluyo a la
inversora “Avanzada Progresista” (AP) porque su tarea será distinta de aquí al
2018, pues Henri Falcón en algún momento, o dividirá a la oposición, o la
neutralizará definitivamente si se erige en su candidato.
La "unidad" es un diseño "desde arriba",
y eso en tiranía implica un plan para promover adaptación y no ruptura, un plan
para identificar, visibilizar, vigilar, encauzar y finalmente neutralizar el descontento,
operación de gatekeeping que al conjugarse con la del clero mediático,
explica el “entrampamiento” en el cual muchos han caído. Esto es algo elemental
pero al parecer, muchos no lo ven, sobre todo porque hay todo un trabajo
comunicacional para impedir esta percepción básica (El Gran Trapo Rojo).
En cuanto a la definición opositora fuera de este diseño
desde el sistema, solo me referiré en particular a dos partidos, Voluntad
Popular (VP) y Vente Venezuela que, por fuerza de los hechos, deberían ser
verdaderos partidos de oposición, no de “unidad”, y a los cuales les queda poco
tiempo para definirse, muy poco.
En mi artículo anterior, “Ha nacido la oposición” expliqué
porque les queda muy poco tiempo para demostrar lo que realmente son, invito a
su lectura.
Los partidos VP y Vente Venezuela, en 2017 no deberán elegir
a cuál "unidad" pertenecer si no elegir si van a construir la
oposición que aún no existe, trabajo que los debería conectar en la base social
con grupos de disidencia y resistencia, con los cuales deberán activar una interacción
enteramente clandestina, y digo clandestina aludiendo a un sentido “no
mediático”.
Si VP y Vente Venezuela eligen la ruta mediática, electoral,
institucional, cualquiera de estas, no les quedará más remedio que seguir
siendo "unidad", una unidad en la cual ellos sobran y mucho estorban.
Estos partidos, aunque sigan en la MUD, siempre serán unos
"marginales" y en el caso de María Corina Machado, una indeseable, de
paso seguirán siendo acusados de conspirar, tanto por el régimen como por su G3
asociado. Igual deberán estar conscientes de que, tomen el camino que tomen,
seguirán siendo maltratados, acosados, perseguidos, encarcelados y en general,
reprimidos por el régimen con la entusiasta complicidad y traición de ese G3.
Tomen el camino que tomen… de allí que la definición en este
caso será trascendente, trascendente porque su evolución política podría
implicar entrar en guerra abierta contra el sistema, su establecimiento y sus
partidos, incluyendo gran parte de la opinión pública nacional e internacional,
y sí, digo “guerra”, porque no cabe otra palabra.
Sí VP y Vente Venezuela decidieran convertirse en partidos
de oposición, deberán cambiar, incluso “mutar” porque serán ilegalizados y perseguidos
si llegasen a mostrar alguna eficacia política.
Y el cambio deberá pasar por su exposición pública. Sí VP y
Vente Venezuela decidieran su conversión, la tarea no deberá centrarse en lo
mediático, sino en la formación de redes REALES. Organizar, comunicar,
coordinar y sincronizar REDES REALES.
Al enfrentar una tiranía, el peor error que se puede cometer
es ser predecibles, el activismo político de una verdadera oposición deberá
contemplar menos anuncios en "redes sociales" y más trabajo en redes
reales, también porque la internet en algún momento podría ser intervenida por
el régimen.
La oposición lleva 2 años perdidos, se dejó meter en el
laberinto de la "unidad", y en 2017 el régimen probablemente demolerá
ese laberinto, para levantar una cárcel para todo verdadero opositor,
organizado o no. Ese cambio "cualitativo" deberá ser considerado
desde ya. Si son inteligentes y poseen visión, sabrán ver en esta limitación su
principal oportunidad, a pesar de la dificultad.
“Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad” frase
de Romain Rolland que hizo suya Antonio Gramsci, y no se asusten pues se trata
de una verdad que es válida más allá de cualquier ideología o filosofía
política.
Lo dejo como mensaje de solsticio, el verdadero año
nuevo.