Para los que vivimos en Venezuela el ascenso del chavismo
con aprobación elitesca y popular, debería ser fácil visualizar lo que se le
viene encima a Colombia.
Con el Pacto Castro/FARC/Santos queda abierta la “vía
democrática” a la destrucción de Colombia, con financiamiento del narcotráfico.
La vía democrática a la destrucción de Venezuela fue
financiada por el petróleo, la de Colombia será por el narcotráfico: será igual
de imparable.
La vía democrática a la destrucción de Venezuela fue
pacífica (pero armada) y va hacia la violencia, la de Colombia viene de la
violencia y ahora será pacífica (cultural).
La modalidad "pacífica" que se adoptará en Colombia
para el ascenso de las FARC al poder, la hará plenamente digerible para los
EE.UU.
La hegemonía cultural Élites/FARC en Colombia será lograda
por medios, academia, intelectuales, empresarios: ese bloque aquí funcionó
admirablemente.
Aquí a los golpistas del 92 los llamaron “rebaño de
ángeles”, ya veremos que nombres gloriosos acompañaran la conquista del poder
colombiano...
Al final, las fuerzas de la destrucción logran imponerse, al
conquistar primero a las élites, las cuales hacen todo el “trabajo limpio”.
Al pueblo se le compra, es verdad ¡y a las élites también! ambos
son fáciles de adquirir, algo que pasó y aún pasa en Venezuela, y pasará en
Colombia.
La clase media es "la difícil" y siempre queda
atrapada entre pueblo y élites, cuando renuncia a formar sociedad civil y participar
en política.
La clase media, de la cual históricamente surgió la
democracia en Venezuela, degeneró a clase votante, sin saber que a la
democracia la convirtieron en cuento.
La clase media colombiana es la última esperanza de ese
país, para que no les pase lo de Venezuela, donde quedó reducida a mera clase
votante.
¡No vale, eso no pasará! ¡La sociedad colombiana es
distinta! ¡Es culta!
(La sociedad argentina siempre ha sido (muy) culta...)
(La sociedad chilena también lo era y con tradición
institucional)
Y una vez más las élites, no sabrán anticipar lo que viene,
o sabiéndolo contribuirán al ascenso del mal, creyendo poder cabalgarlo...
El autoengaño es asunto de la gente culta, pues el inculto
no se engaña, vive engañado por todo (y por todos): no puede erigir
subterfugios de evasión.
El autoengaño es siempre asunto de “cultos”, acaso porque
eso de la cultura, a menudo es el peor engaño, y sin duda, el más patético.
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