lunes, 1 de mayo de 2017

Mis reflexiones ante el 19 de abril


Mis reflexiones ante el 19 de abril (19A) de 2017, expuestas con la mayor simpleza posible.

El universo opositor acudirá a las manifestaciones del 19A con dos agendas distintas, la de la clase política y la de la gente, para ponerlo simple: la oposición saldrá dividida.

(aunque una de sus divisiones, no es oposición)

¿El régimen afrontará el 19A igual de dividido? aquí lo importante no es su división política sino militar ¿existe la posibilidad de fractura en el seno de la Fuerza Armada?

Para el régimen, el 19A será una operación militar y lo está anunciando en términos militares inequívocos desde hace días, de esto no se puede tener la menor duda e incluyan en esto el despliegue agitatorio de los últimos días, más distractivo que intimidatorio, el cual no preanuncia necesariamente un baño de sangre, a no ser que el estado de conmoción interior y la suspensión de garantías constitucionales hayan sido prefijados como objetivos tácticos de la jornada.

La eventual caída de Maduro, se las dejo como juego de mesa anti-educativo para niños entre 3 y 5 años, Maduro no tiene importancia, es un mascarón de proa.

La caída de Maduro en las actuales circunstancias no sería otra cosa que un relevo en el mando civil operado por el poder militar, si Maduro cae sin fractura de la Fuerza Armada no estará ocurriendo otra cosa que un reacomodo por cirugía, y no por terremoto. El que se fue no hace falta, cantarán algunos.

En el supuesto negado de la caída de Maduro con fractura de la Fuerza Armada, se abrirían las compuertas que darán paso a un conflicto civil, cuya inestabilidad podría durar años, desde luego, ningún militar se lanzará por allí, desde luego, la comunidad de tutores y garantes internacionales no permitirá eso, pues todos absolutamente todos desean la estabilidad para el país negocio, para el país lavadora.

Se pretende con el 19A forzar o incluso hacer caer a un régimen militar que es un conjunto militar/miliciano/delincuencial/terrorista que va más allá de los cuarteles, porque no se trata de la Fuerza Armada, sino de varias "fuerzas armadas". La pretensión contará con "fuerzas de liberación" en la calle, fuerzas desorganizadas, desarmadas y divididas, renunciando escrupulosamente a cualquier efecto sorpresa en el espacio/tiempo. Sun Tzu no podría calificar esto de suicidio, porque la meada de risa no le dejaría.

Si la pretensión del 19A es “presionar”, sepan que a este régimen militar solo se le podría presionar rompiendo su monopolio de ganancia sobre el caos, misión imposible mientras el promotor del caos sea el mismo Estado.

De todos modos, la verdadera presión que se busca, la única que cabe en los cálculos de la clase política, es pura y simple táctica de pre-negociación, tutelada internacionalmente, la cual procederá en tiempos y ritmos diplomáticos.

Dejo a la conciencia individual de cada uno, el participar de esta escenificación, este servidor en particular no arriesgaría ni un milímetro cúbico de sangre por nada de esto.

Si de verdad se quiere hacer algo, se debe abandonar el impulso irresistible de la idiotez colectiva.

Lo que hace falta es un pacto contra el poder y sus asociados, que sea:

·       Insurreccional
·       Clandestino
·       Impredecible
·       Atemporal
·       Antifrágil

Esto requiere seriedad, requiere discreción, requiere tiempo, y un verdadero esfuerzo de comunicación, coordinación y sincronización, hacia la resistencia organizada.

Esto requiere una junta, que coordine entre la resistencia, la desobediencia ciudadana, poderes alternos civiles y militares activos. Una junta que oriente y coordine una política interior, hacia lo civil y militar, y una política exterior de alianzas que superen lo circunstancial, y rompan cierto determinismo histórico.

Esto se puede hacer, y se llama conspiración.


Artículo publicado originalmente en la antigua página de “La Cabilla” (lacabilla.com) el 18 de abril de 2017.

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