martes, 23 de octubre de 2018

Bitcoin puede fallar, pero ahora sabemos cómo hacerlo



Prólogo de Nassim Nicholas Taleb al libro “El Patrón Bitcoin” de Saifedean Ammous.

Sigamos la lógica de las cosas desde el principio. O más bien, desde el final: los tiempos modernos. 

Mientras escribo estas líneas, estamos presenciando una completa revuelta contra cierta clase de expertos, en dominios que nos son demasiado difíciles de entender, como la realidad macroeconómica, y en los cuales el experto no solo no es experto, sino que no lo sabe.

Que los anteriores jefes de la Reserva Federal de EE.UU., Greenspan y Bernanke, tuviesen poco conocimiento de la realidad empírica, es algo que solo descubrimos un poco tarde: uno puede sostener macroBS (macro Bullshit, macro tonterías) por más tiempo que las microBS, por lo que deberíamos tener cuidado sobre a quién le concedemos las macro decisiones centralizadas.

Para empeorar las cosas, todos los bancos centrales operan bajo un mismo modelo, haciendo de ellos la “monocultura” perfecta.

En un dominio complejo, la experiencia no se concentra: bajo la realidad orgánica las cosas funcionan de una manera distribuida, como ha demostrado convincentemente Hayek, con su noción del “conocimiento distribuido”.

Bueno, al parecer, ni siquiera necesitamos esa cosa llamada conocimiento para hacer que las cosas funcionen bien. Tampoco necesitamos racionalidad individual. Todo lo que necesitamos es estructura.
Esto no significa que los participantes de esa estructura compartan decisiones de manera democrática. 

Un participante motivado puede inclinar la balanza de manera desproporcionada (algo que he estudiado como la asimetría de la regla de las minorías). Pero cada participante tiene la opción de ser ese jugador.

De alguna manera, bajo transformación a escala, emerge un efecto milagroso: los mercados racionales no requieren que ningún comerciante individual a su vez sea racional, de hecho, trabajan mejor con inteligencia cero: una multitud de inteligencia cero, con el diseño correcto, funciona mejor que una gerencia de estilo soviético compuesta por humanos de máxima inteligencia.

Por eso Bitcoin es una excelente idea. Satisface las necesidades del sistema complejo, no porque sea una criptomoneda, sino precisamente porque no tiene dueño, ni autoridad que pueda decidir su destino. Es propiedad de una multitud, sus usuarios. Y ahora acumula un historial de varios años, suficiente para que sea considerada “un animal por derecho propio”.

Para que otras criptomonedas compitan, necesitan cumplir esta propiedad hayekiana.

Bitcoin es una moneda sin Estado. Pero, uno puede preguntarse ¿acaso no teníamos oro, plata y otros metales, otra clase de monedas sin Estado? No exactamente. Cuando comercias oro, intercambias con "Loco” en Hong Kong* y terminas recibiendo una solicitud por un stock de allí, que es posible que tenga que trasladarse a Nueva Jersey.

Los bancos controlan el juego de la custodia y los estados controlan los bancos (o, más bien, banqueros y funcionarios de gobierno son -para decirlo educadamente- una junta). Por lo tanto, 

Bitcoin tiene una gran ventaja sobre el oro en las transacciones: la liquidación no requiere un custodio específico. Ningún gobierno puede controlar el código que custodias en tu cabeza.

Finalmente, Bitcoin pasará por problemas (hipos). Puede fallar, pero luego será fácilmente reinventado ya que ahora sabemos cómo funciona. En su estado actual, puede que no sea conveniente para las transacciones, no lo suficientemente bueno para comprar un macchiato expresso descafeinado, en su cadena local de cafeterías de señalización (ostentación) de virtudes. Pudiese resultar demasiado volátil para ser una moneda, por ahora. Pero es la primera moneda orgánica.

Pero su mera existencia es una póliza de seguro que le recordará a los Estados, que el último objeto que el establecimiento podría controlar, a saber, la moneda, ya no podrá seguir siendo su monopolio. 
Esto nos da a nosotros, la multitud, una póliza de seguro contra un futuro orwelliano.

*Loco Hong Kong Holdings Limited es un holding de inversiones con sede en Hong Kong, que se dedica principalmente al comercio de metales y contratos a plazo de productos básicos (mercancías, commodities): https://www.reuters.com/finance/stocks/company-profile/8162.HK

Publicado originalmente en Medium https://medium.com/opacity/bitcoin-1537e616a074

No hay comentarios:

Publicar un comentario