jueves, 16 de mayo de 2019

El insoportable teatrino de la crisis venezolana (La Farsa, episodio 3)



Antes que nada se debe afirmar -nunca está de más recordarlo- que la situación venezolana es dramática, pero su descripción no me compete, hay mucho material mediático que refleja debidamente las dimensiones de la tragedia. Dicho esto, considero que mi aporte debe ser otro pues cada uno debe asumir una tarea, y como a mí me ha tocado en desgracia tener que conocer a la clase política venezolana, considero un deber exponer su podredumbre. Para ponerlo de otro modo, soy un destapador de letrinas y desde hace años mis lectores pueden confirmar esta vocación.

Sin embargo y ante los acontecimientos políticos de los últimos días, en este servidor ha sido fuerte la tentación de ponerse a dormir, como siempre para evadir de algún modo la siniestra repetición de una rutina maligna, que solo nos ha llevado a la profundización del desastre, pero esta vez preferí entretenerme con ciertas conjeturas, entre bostezo y bostezo.

Tomemos conciencia de que, aun tratándose de un teatrino con dos títeres muy bien confeccionados, Nicolás Maduro y Juan Guaidó (los creadores hicieron bien su trabajo), las funciones hasta ahora han sido descifrables hasta el aburrimiento, lamentablemente, esto es consecuencia también del hecho que la empresa teatral sabe que su target, es un público nacional e internacional distraído y atontado por décadas de desinformación y manipulación.

Sin embargo, y para poner las cosas en forma un poco más interesante, a la temporada de este año decidí ponerle un título a cada capítulo que iba saliendo:



Pasemos al tercero.

El pasado 30 de abril, Juan Guaidó amaneció junto a su jefe Leopoldo López haciendo un llamado nacional a la rebelión cívico-militar, ahora bien, a estas alturas de la función la pregunta que debemos hacernos es la siguiente: ¿a quiénes madrugaron realmente?

Ese mismo día, los EE.UU. no se aguantaron, y se aparecen desnudos por el tablado denunciando que fueron traicionados en una negociación para sacar a Nicolás Maduro por la vía rápida.

Luego de pasar por la vergüenza, a los “yanquis” no les queda otra que abalanzarse a recoger el piadoso taparrabo que les lanzan: la culpa fue de Putin.

Mientras tanto, ese día Leopoldo López se pasea por Caracas haciendo un tour de embajadas que ejecuta sin contratiempos, solo le faltó detenerse a comer una arepa o un “perro caliente”, como primer acto de su campaña en libertad.

López sigue libre bajo cuido de España, lo insólito es que Guaidó su compañero de rebelión también sigue libre y “callejero”, desde luego se trata de un intocable, intocable en muchos sentidos.

Primer resultado del primer acto de la función: fuera los EE.UU., pero también queda fuera cierta oposición no dispuesta a plegarse a Voluntad Popular, el partido de Guaidó y López, una empresa del “Grupo Cisneros” que otros dicen que es del “Grupo Polar”, en todo caso, se trata de grupos que bien podrían llamarse “los grupos de siempre”.

Leopoldo López luego contará que durante su casa por cárcel, se reunió con muchos generales y oficiales de la fuerza armada para hacer grabaciones de audio (¿y de video?) entre otras cosas (desde luego no lo dijo así, pero se sobreentiende). Pero ¿qué significa este mensaje? que no era a ningún militar a quien quería madrugar (como mensaje indirecto pongan aquí lo que mejor les plazca, pero solo asomaré que unos días antes, Henrique Capriles, veterano de mil derrotas pero candidato eterno, insinuaba -con toda la intención de sabotear- que nada de malo tendría que Maduro fuese “candidato”). 

(Con respecto a López, recordemos siempre que se trata de un descendiente de “El Libertador”, que es ni más ni menos, el segundo chavista originario después de Jesucristo, y que su esposa -su Jackie- es promotora incansable del “con Chávez esto no hubiese pasado”)

Ahora en Noruega -país de grata recordación para La Habana, las FARC y Juan Manuel Santos- se encuentran negociando por el lado del régimen, Jorge Rodríguez, el escolta (junto a su hermana) de Leopoldo López saliendo de su reclusión y fitness center en Ramo Verde, y junto al escolta (que ahora recuerdo que también es ministro de información) aparece el gobernador del Estado Miranda, Héctor Rodríguez.

Para que les quede claro, por el lado del “gobierno” tenemos como negociadores al escolta del futuro candidato del chavismo de oposición y al candidato “in pectore” del futuro chavismo democrático.

Por el lado de la “oposición” en cambio, es probable que se encuentren egregios representantes de “partidos de la unidad” que no aceptarán, al menos sin las debidas compensaciones, la imposición de estos candidatos, ergo, “hay que negociar”, y es posible que como primera muestra de buena voluntad por parte del poder, se persiga a los diputados de la Asamblea Nacional para “martirizarlos”, o sea para oxigenarlos ante una opinión pública que una vez más, está dando muestras de recelo por sus “representantes”.

Por cierto, Jorge Rodríguez no solo fue el escolta de López en la primera escala de su viaje hacia la candidatura presidencial, fue también el que a pocos días de iniciarse la farsa del 23 de enero, expuso a la opinión pública el video de la reunión “clandestina” entre los tres chiflados: Diosdado Cabello, el “encapuchado misterioso” (Guaidó) y Roberto Marrero, su chief of staff.

El Mensaje de Rodríguez ahora queda claro: con Diosdado no, eso estuvo mal.

Con Marrero el del video, el régimen se ensaña y lo pone preso, y se ensaña también con el diputado Edgar Zambrano del partido Acción Democrática (AD), el mismo que el 30 de abril se acercó hasta “la base rebelde” para dejar constancia que “AD, no se dejará madrugar”. 

Ambos “héroes civiles” ahora en reclusión, no son otra cosa que un nuevo mensaje a Diosdado Cabello*, el único chavista que se encuentra en campaña electoral desde hace años, y que cuenta supuestamente con maquinaria propia: el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), a diferencia de Jorge Rodríguez y su hermana, la vicepresidenta Delsy Eloína, a los cuales no les ha quedado más remedio que improvisar otra agrupación: “Somos Venezuela”.

* el otro receptor del mensaje sin duda es Henry Ramos Allup, pero no me distraeré con un cadáver insepulto.

Ahora cerremos el telón empapado de sangre y vayamos un poco más allá de los episodios que faltan.

Todo este teatrino inmundo, expone el problema de la supuesta “transición venezolana” que no es otro que el diseño de las futuras elecciones “democráticas”, en donde solo está en juego un nuevo pacto de consenso entre poderes, para establecer un nuevo reparto dentro del ecosistema rentista-mafioso del narcoestado minero venezolano, reparto que deberá incluir la alternabilidad. 

Alternabilidad que en Nicaragua ha funcionado maravillosamente bien, tanto para la “izquierda” como la “derecha” (en realidad, para los diversos dueños de ese país).

El diseño de esas elecciones debe ser cuidadoso, y ser aceptable para todas las mafias que concurran a ellas, sobre todo la escogencia de las candidaturas, la “operación impaciencia” que comencé a describir en el capítulo anterior, ha cumplido su objetivo, por ahora.

Y digo “por ahora”, porque hay demasiados asuntos pendientes, por ejemplo ¿cómo queda esa parte de la oposición que le sirvió en bandeja de plata a Maduro, un candidato de oposición para que pudiese reelegirse “democráticamente”? ¿y la que “se dobló para no partirse”? ¿y cómo quedan los que incluso hasta hace pocos días, se dedicaron a promocionar a Maduro como el “candidato más conveniente”? esta última una jugarreta de impotencia por parte de Henrique Capriles, que sin duda debe haber enfurecido a todos los “chavismos democráticos” que lo apuestan todo a la “re-seducción”, o sea a la operación “Maduro es malo y traidor del legado”, operación de diseño habanero que deberá concluir exitosamente con su salida del poder, para permitir la vuelta del “chavismo bueno”, del chavismo del “legado de Chávez”, ideal al cual todos los partidos deberán apelar para dar cumplimiento a la indispensable peronización (chavización) de toda la política venezolana, paso necesario para viabilizar el futuro pacto de reparto del territorio.

¿Y cómo quedará Diosdado Cabello?

Una “pista”.

Guaidó en declaraciones ecuménicas de hace unas pocas horas, declaraciones que uno no sabe si obedecen a cierta “urgencia noruega” o son para calmar amenazas que de todos modos llevan días en ascenso térmico, con extrema generosidad, con subrayada generosidad, reconoce el derecho inmaculado de todo chavismo, incluso del PSUV, a la vida (electoral), estamos hablando del partido de Diosdado Cabello.

Recordemos que Cabello fue el primer escolta de Leopoldo López, si, fue el que lo condujo directo a la cárcel, en 2014.

Como si de una maldición se tratase, en vez de embocar la salida del laberinto, de nuevo nos encontramos ante el sempiterno desorden civil (el histórico “bochinche”) que al parecer, el minotauro militar no desea resolver saliendo a la calle, o tal vez sabiendo que a “la calle”, por enésima vez la enfriaron, a lo mejor por orden de ellos mismos.

Espero que mis “fantasías noruegas” hayan resultado entretenidas.

Continuará.


4 comentarios:

  1. Federico! Comparto tu teoría, salvo el papel de Cabello, humilde y respetuosamente pienso que la negociación aparte de ser electoral es la entrega de cabello (y por ejemplo El Aissami por decirte uno de tantos) a la justicia internacional por estar inmerso en el narcotráfico, aparte de ser el autor intelectual a vox populi de encarcelamientos de diputados y "lideres opositores" sería demasiado descarado tener como encargado de un partido a un delincuente confeso

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    1. Tu hipótesis es factible, y eso explicaría el "acoso", ahora bien, recuerda siempre que "todos saben las historias de todos", y esa información, también es poder.

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  2. Y yo perdiendo el tiempo en Netflix, gracias Boccanera

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  3. No apto para leer mientras se come. Provoca indigesta.
    Gracias

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