Artículo dedicado al amigo Rafael Mena, venezolano residente en Ecuador.
Estimado
@RafaelMena1970, el caos desde hace mucho mucho tiempo, es un instrumento del
poder y lo usa tanto el poder establecido como el poder aspirante, y tiene
muchas variantes.
Desde hace un
tiempo, al caos promovido por el comunismo versátil se le llama de muchas
formas, p.ej. "Caracazo", cuando lo promueve el globalismo
capitalista, la opinión pública internacional (de izquierda) lo llama
"Primaveras".
Y no es solo
el caos de revueltas en la calle, el poder aplica también la estrategia de la
tensión: promueve guerrillas, terrorismo, pandillas, y los deja actuar a
conveniencia. El caos también se puede manifestar como crisis financieras, en
fin, la lista es larga.
Además, cuando
el poder se asocia con crimen organizado, o sea, mafia, lavado, narcotráfico, altas
finanzas, etc., mejor ni te digo lo que puede hacer y deshacer, a la sombra de Estados
que no necesariamente son del “tercer mundo”.
Existe también
un caos predeterminado, por diseño geopolítico. Cuando los ingleses diseñaron
Irak, diseñaron un país con árabes, chiitas, kurdos y turcomanos, un país destinado
a la división y al caos, o sea, la “colonia perfecta”.
En vista del
dominio del armamentismo como industria de primer orden, indispensable para la “innovación
tecnológica”,
en EE.UU., Rusia, China, Francia, etc., no hace falta tener mucha imaginación,
para completar el cuadro.
Cuadro al que
se le debe agregar que un país con recursos naturales, sean renovables o mineros,
es más conveniente en la medida que sea inestable, corrupto, quebrado y con población
sumida en la precariedad.
Latinoamérica,
por un diseño que sería largo explicar aquí, esta predestinada a ser vulnerable al caos, en los EE.UU. esa fragmentación no se pudo lograr, otra historia que sería
largo explicar. Homogeneidad y heterogeneidad cultural, exigen tratamientos coloniales opuestos.
Por último, es importante estar claros que en las dos “agendas” de dominación, comunismo versátil y globalismo capitalista, la izquierda aporta la clase política, en el globalismo es una izquierda “indefinida”, “arcoíris”, capaz de defender cualquier cosa menos a los trabajadores y en el comunismo versátil es una izquierda de modelo “chavista”, “antifascista”, igualmente difícil de definir con claridad. [1]
Estas dos "agendas" pueden actuar en líneas paralelas (facciones del partido demócrata USA) o convergentes (España, PSOE + PODEMOS), pero en el caso latinoamericano pueden chocar, en Ecuador chocan: Rafael Correa es comunista versátil, Lenín Moreno es un socialista globalista.
En Venezuela el chavismo es comunismo versátil, la “Mesa de la Unidad Democrática” (MUD) es izquierda globalizada. Por una especificidad rentista “pelean” por pactar un consenso de repartición. La administración Trump (soberanista conservadora) está consciente de esta limitación (lo explico aquí). [2]
Espero
haberte dado una idea sobre “complejidad”.
[1] Aquí la definición
no es fácil, la izquierda globalista tiene sus modelos: partido demócrata USA (facción
Clinton-Obama), el PSOE, el PD italiano, los partidos pertenecientes a la “internacional
socialista”, etc. Se trata de un centroizquierda que ha entrado en comunión perfecta
con el capitalismo transnacional de las grandes finanzas y los grandes capitales,
y sus bancos, empresas, corporaciones, comisiones, convenciones y organismos
multilaterales como la Unión Europea.
La izquierda del comunismo versátil es igualmente difícil de definir, porque en ella convergen el castrismo, su variante rentista denominada chavismo, el lulismo, el sandinismo, el kirchnerismo, etc., con expresiones en los EE.UU. en la facción claramente socialista del Partido Demócrata (Sanders, Ocasio-Cortez), y en Europa con partidos como PODEMOS en España y DIE LINKE en Alemania.