Coronavirus: La Gran Tormenta
Perfecta del 2020
Federico Boccanera
19 de marzo de 2020
(A continuación la transcripción del
video, que se pone a la disposición para aquellos que no disponen de una
conexión a la internet que permita la correcta reproducción de este tipo de
contenidos, lamentablemente, esta situación es muy frecuente en Venezuela,
desde hace años).
Estimados seguidores de este espacio-tiempo
cibernético, muchas gracias por la atención.
Esto que estoy por decirles es importante
más allá del contenido informativo, porque es una invitación al pensamiento,
que es lo único que realmente me interesa lograr con mis videos.
Bien…
Como todos sabemos, la pandemia del coronavirus chino se ha
convertido en una crisis global, pero cuidado, entendiendo como crisis, la fase
culminante de un proceso de caotización creciente, de incertidumbre
generalizada y posiblemente de desestabilización, la cual a su vez podría desembocar
en una catástrofe social perfectamente equivalente a la de una guerra.
De todos modos quisiera aclarar que este servidor cree en las
crisis que pueden surgir de golpe, por ejemplo, las que se originan a raíz de
un evento natural, sea un terremoto o un huracán, o una plaga, pero a la vez no
dudo de la existencia de ciertas crisis superpuestas, que no son otra cosa que
el desarrollo de un proceso previo, un proceso gradual, ¿y por qué no decirlo? planificado,
el cual solo aguarda a la espera de una ocasión propicia, una ocasión creíble,
para ser activado y poder camuflarse, superponerse, con cualquier crisis real.
¿Con esto qué quiero decir? pues voy a comunicarles una
certeza muy antigua, plenamente comprobada por la historia, y es la certeza de
que el poder, cualquier poder, a cualquier nivel, incluso aquellos que se hacen
pasar por “democráticos”, pueden inducir el caos a propósito, o mejor dicho,
con ciertos propósitos: estoy hablando de generar caos creciente para poder viabilizar
un control igual de creciente sobre la sociedad, y esto se puede hacer de
muchas formas, todas siniestras por supuesto.
Y al respecto les voy a dar algunos ejemplos, les voy a dar
tres ejemplos, de una modalidad de caotización y control de la sociedad de
comprobada eficacia, a la cual en Italia se le dio el nombre de “estrategia de
la tensión”, y ¿en qué consistía esta estrategia?
Pues consistía en crear amenazas tanto reales como
imaginarias contra el orden, tanto el orden público como el orden político,
donde las amenazas reales se materializaban de vez en cuando en actos de
terrorismo, ejecutados por organizaciones subversivas que, de muchas formas y
maneras sostenían una muy indebida relación con ese mismo Estado italiano al
cual pretendían poner en zozobra, me explico: por un lado existía una red paramilitar
del tipo Stay Behind, una célula conspirativa creada desde el poder geopolítico
atlántico como lo fue el caso de la organización “Gladio”, y por el otro lado
había organizaciones terroristas infiltradas por el Estado, por ciertos
organismos secretos del Estado o por formas paralelas de Estado, por ejemplo, “las
Brigadas Rojas”, a las cuales se les dejó actuar a conveniencia.
Fue así como se llegó a una
situación tal de descomposición de la seguridad, tanto del Estado como la
ciudadana, donde había un ejército paralelo, grupos subversivos de ultraderecha
y de ultraizquierda, y había bandas o divisiones del crimen organizado
colaborando con todo esto, como la famosa banda della magliana, y había
desde luego, servicios de inteligencia civil y militar, no solo italianos,
comprometidos en todas estas operaciones, y para completar el cuadro había una
central de poder, un sistema de poder coordinado por la logia masónica P2, en
supuesta sincronización con otras instancias de poder, sobre lo cual solo resta
especular, porque nadie se atrevido realmente a ir más allá, porque son pocos
los investigadores que cumplan con el requisito de ser huérfanos, no tener
familia ni hijos y de paso tengan tendencias suicidas, no es fácil
conseguirlos.
¿Suena aterrador verdad?
Pues se trata de una historia real, muy perversa y muy
complicada de explicar, pero existió y dejo una marca indeleble en la historia
y esto fue lo que ocurrió en Italia desde finales de los años sesenta hasta
principios de los ochenta, y a esos años se les denominó “los años de plomo”.
¿Y cuál era el objetivo de esta estrategia? pues generar
miedo e incertidumbre en la población, no necesariamente un miedo preciso,
desde luego el miedo se instrumentó sobre todo para amplificar la amenaza
comunista, que era lo que tocaba hacer durante la guerra fría, pero vamos a
estar claros: el miedo controlado por el poder da para todo y dio para todo
durante esos años, hasta para deshacerse de Aldo Moro, líder fundamental e histórico
del partido demócrata cristiano y dos veces primer ministro de Italia.
Ahora bien, esta estrategia no tiene por qué durar años como
ocurrió en Italia, de hecho, puede prepararse y aplicarse en tiempos más cortos,
como ocurrió con los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, los cuales
cambiaron la historia de España en cuestión de horas, al pavimentar la llegada
de Rodríguez Zapatero al poder, una historia cuyo desarrollo ya la sabemos, una
historia que es de complicidad de poderes y de complicidad de élites, y la demostración la
tuvimos cuando el PP al volver al poder con Rajoy, no hizo nada para impedir la
degeneración terminal de la política española, y ¡ni hablar de desvelar y
denunciar la verdadera historia del 11M! ¿y esto por qué? Porque algún pacto
entre poderes, de encubrimiento mutuo entre poderes, ya se había constituido,
por cierto, se trata de un pacto en donde la iglesia católica española, o mejor
dicho, la iglesia anticatólica globalista, sucursal España, seguramente actúa
como garante.
Y les voy con otro ejemplo, porque de hecho, también vivimos
en Venezuela una versión, desde luego muy particular, de la estrategia de la tensión
durante los años noventa, comenzando por el “Caracazo”, un evento epocal del
cual nadie puede dudar que fue tan conveniente para ciertos planes, que creer
que fue espontáneo ya no es un ejercicio de ingenuidad sino de complicidad y manipulación.
El Caracazo sirvió para crear una atmósfera social, a la
cual contribuyeron los medios de comunicación y todo un aparato de formación de
la opinión pública que en aquellos años pudo actuar impunemente, pues no
existían los medios digitales, no existían las redes sociales como hoy en día,
y esto es algo que nunca me cansaré de recalcar: y es que la comunicación social
de aquellos años, de social tenía poco, muy poco, y de opinión pública nada de
nada, pues era unidireccional, no era espontánea porque obedecía a ciertas
líneas maestras, y no era democrática, porque no respondía a ningún interés
colectivo y obedecía solamente al interés de ciertos bloques históricos, en una
sola palabra no era libre, y de paso, no había forma de contrastarla, era
unidireccional, y fue así como el bombardeo mediático logró crear un estado de hastío
creciente, un descontento creciente en la población, y creó también el
indispensable chivo expiatorio, el altar sacrificial y desde luego preparó la
llegada del Mesías ¡y vamos que todo esto lo logró plenamente, la operación fue
todo un éxito!
Esa estrategia como tal comenzó a correr a partir del
caracazo en 1989 hasta que llegamos al llegadero, al llegadero inducido de
1992, y no fue solamente la intentona de golpe del 4 de febrero, que inauguró
la campaña electoral tanto de Rafael Caldera como la Hugo Chávez, la única
operación que se puso en marcha:
Recuerden por ejemplo que al poco tiempo apareció el grupo
de “Los Notables” liderado por Arturo Uslar Pietri, el opinion leader
que legitimó el descontento de las élites y le otorgó una marca de prestigio al
descontento popular, recuerden también que en junio de aquel año comenzó la
telenovela “Por Estas Calles”, verdadera obra de demolición de la fe de la
gente en los políticos, en las instituciones y en la democracia, desde luego
les estoy dando ejemplos de fácil recordación, porque llegó un momento en el
cual casi todos los medios, se sumaron a esta operación, la cual no solo fue
orquestada por la izquierda, ojo, pero no deseo en este momento profundizar
mucho sobre esto, lo que me interesa rebobinar es que en aquel entonces, se
logró crear un ambiente tal de crispación, que la segunda intentona de golpe,
la del 27 de noviembre, no sorprendió a nadie, este servidor hasta se ganó una
apuesta al predecir que entre un intento y el siguiente pasarían 9 meses, y “la
pegué” no porque estuviese “dateado”, sino porque 9 meses es lo que dura la
incubación de muchos procesos humanos.
Y ya después de ese segundo golpe, al poco poquísimo tiempo salió
la denuncia de José Vicente Rangel contra Carlos Andrés por el uso indebido de
la partida secreta, y Ramon Escovar Salom presto toma el relevo y procede
legalmente, y en el ínterin ocurren también “los atentados de Caracas”, ¿los
recuerdan? ¿el del sobre bomba en la Corte Suprema y el coche bomba en el CCCT?
esos fueron supuestamente atentados “económicos”, y es increíble que la gente
se siga tragando esa explicación cuando el supuesto organizador de esos
atentados, un insigne burguesito, fue graciosamente indultado por Chávez a
comienzos de su reinado, pero bueno, pasemos al año siguiente, 1993, y es así
como en medio de ese ambiente de irritación colectiva, de hastío insoportable, en
menos de 5 meses ocurre el golpe de estado, un verdadero golpe de estado, mejor
dicho, el golpe del Deep State venezolano contra Carlos Andrés Pérez, el
cual abrió las puertas de nuestro camino al infierno, el infierno en el cual
todavía vivimos.
Desde luego, esta estrategia de la tensión venezolana no fue
aplicada desde el poder, sino por casi todos los poderes menos el poder
ejecutivo, el cual fue sometido a una implacable operación de aislamiento
político, esa fue una arremetida de todos los poderes, que poco tiene que ver
con la separación de poderes y mucho que ver con la complicidad entre
poderes, complicidad entre poderes que es la que todavía estamos sufriendo
en carne propia, cuando vemos que la oposición al chavismo lo que quiere es
convivir con el chavismo, con el chavismo democrático faltaría más, y renovar
un nuevo pacto: el Pacto de Guisofijo…
Bueno, les acabo de dar tres ejemplos de estrategia de la
tensión, que además tienen como característica que no fueron aplicados directamente
desde el poder central, sino desde un ecosistema de poderes periféricos, que
tenían en la mira a ese mismo poder central, con esto lo que quiero decir es
que la estrategia de la tensión puede implicar una operación compleja, enmarañada,
que puede abarcar, superpoderes trasnacionales, aliados con poderes o factores
de poder locales, con ciertos sectores militares o de las fuerzas del orden,
los servicios de inteligencia que nunca pueden faltar, y también tener como
aliados a “infra poderes”, como fue el
caso del crimen organizado en Italia durante los “años de plomo”, las “cloacas
del Estado” en España, en el caso del 11M, y el narcotráfico-narcoterrorismo
castrista en Venezuela, castrista o del Foro de Sao Paulo, si les parece mejor.
Y aquí no hace falta que exista una planificación o una
coordinación central, con un “cuarto de control” obedeciendo a una cúpula o a
una cofradía o una central de superpoderosos o dueños de “el orden mundial”, eso
no es así, ni hace falta
que exista, solo hace falta un objetivo común que convenga a todos, y
que todos remen y colaboren en cierta dirección, no hace falta que exista una
unión o identificación ideológica entre los conspiradores, solo hace falta que
exista un obstáculo común a remover, y después de removido, hasta es posible
que los aliados vuelvan a combatirse entre ellos ¡o comiencen a combatirse
entre ellos!
Pero bueno, esto es algo que explicaré en otra ocasión, no
quiero complicarme por ahora, porque lo que deseo es volver al asunto principal de
este video, que es el uso que el poder, cualquier poder, puede hacer del caos,
del caos para controlar, del caos y el control, como ocurría en aquella legendaria
serie de “Maxwell Smart, el Super Agente 86” (hay que decir que los creadores
de esa comedia, al elegir los nombres de las agencias secretas, mostraron gran
perspicacia política).
Ahora bien, aterricemos en el presente, ¿qué es lo que
tenemos ahora?
Pues tenemos que la pandemia del coronavirus chino, está
provocando una verdadera crisis global, que además de sanitaria, es económica,
financiera, política y social, porque a los efectos de la pandemia le debemos
sumar un crack de los mercados, la depresión económica, la especulación
financiera (y en los mismos mercados), y un alarmante desconcierto de los
organismos internacionales, por ejemplo, es más que visible el desconcierto que
observamos en la Unión Europea, y si a esto le sumamos también, una eventual
crisis migratoria que la guerra sirio-turca podría desatar, y sumemos a todo
esto también, una eventual “olita” o “aleteo de mariposa”, por ejemplo: un
ataque a la internet, un terremoto inoportuno, un atentado en alguna ciudad
importante, alguna revuelta social en algún país de Europa, un default por
parte de algún país “periférico”, por ejemplo Italia, la caída de algún banco
importante, como el Deutsche Bank, bueno, bastaría solo algún ingrediente
adicional, una “puntilla”, y terminaríamos encontrándonos con la gran tormenta
perfecta del 2020.
Estimados oyentes, es muy posible que nos encontremos realmente
al borde del “horizonte del evento”, que es como se llama el borde de un
agujero negro, y la presencia de 20.000 soldados de los EE.UU. mandados
justamente en este momento, a una Europa convertida en foco infeccioso global, ¿será
que obedece realmente a la puesta en práctica de una ejercitación de la OTAN?
Pues bien, en medio de esta inminente tormenta, convertida
en laboratorio de la catástrofe, los poderes nacionales y transnacionales se
van a encontrar ante la necesidad de aplicar medidas realmente excepcionales,
que supuestamente deberían aliviar la situación sobre todo en el aspecto
económico, pero cuidado, la oportunidad podría ser de oro para avanzar más
allá, y apuntar al control mismo de las sociedades, para hacernos tragar
medidas de otro tipo, medidas de control sobre la población, de eso que llaman “control
social”, medidas de coerción contra la libre expresión, sobre todo en internet,
medidas contra la libre circulación, incluso medidas excepcionales de
vigilancia, de intervención por ejemplo de las redes sociales, y afuera en el
mundo real, cámaras, drones y sensores de movimiento y tráfico por todas
partes, o acechando en cada esquina, en otras palabras, estoy hablando de
medidas que podrían convertirse fácilmente, en un atentado global contra muchas
formas de libertad y también contra la democracia, sobre todo las formas
democráticas más cercanas a la gente, sobre todo formas nacionales, regionales
y locales de gobierno democrático, más aún si tomamos en cuenta que la masa,
dominada por el temor por no decir el pánico ¿qué es lo que está pidiendo en
estos momentos? pues pide aislamiento, pide protección y pide una fuerte y
decidida intervención del Estado en todos, o casi todos los ámbitos.
Y esto es natural, ante el caos, todos pedimos control,
imploramos control, y a mayor fuerza en la aplicación del remedio, más alivio
sentiremos, y los más necesitados,
o los más aborregados como lo quieran poner, hasta podrían llegar a pedir que
la dosis no sea retirada, pues sentir que hay seguridad, sentir que hay
protección, para muchos es como un goce cercano a la drogadicción ¡que
maravillas logra el poder cuando se decide a actuar en serio! ¿Cierto?
Por favor, no nos engañemos, ya el presidente de Francia, Emmanuel
Macron lo dijo: estamos en una guerra, y es así, la pandemia está obligando a
los gobiernos a imponer el estado de excepción, el estado de alarma, el toque
de queda, la supresión del derecho a la reunión, se podría hasta llegar al
racionamiento y no me refiero al racionamiento de algunos productos, me refiero
al racionamiento de la información y del conocimiento, me refiero a la censura.
Desde luego todo esto se supone que se está haciendo por nuestro
bien, la censura por ejemplo podría servir para proteger a la población de los “enemigos
de la verdad” ¿pero cuál verdad? ¿la nuestra, la vuestra o la de ellos, la del
poder? no se olviden que cada instrumento que ponemos en manos del poder, que
le delegamos al gobierno, es siempre un instrumento de doble filo ¡cuidado! porque
podríamos terminar como los ratones de un perfecto laboratorio no solo de la
catástrofe sino de la dominación, un laboratorio perfecto para calibrar, afinar,
perfeccionar el camino hacia la matrix, que no está de más decirlo, solo
puede ser global.
¿Y este laboratorio planetario del virus chino cuánto podría
durar? se está hablando de meses, se está hablando incluso de que el virus
después de una pausa primaveral o veraniega podría volver, tal como ha pasado
con otros virus en otras ocasiones, por ejemplo con la gripe española de 1918,
que al parecer comenzó en 1917 y se prolongó hasta 1920 pasando por diversas
oleadas, pero aquí no estoy hablando solamente de una pandemia, estoy hablando
de una tormenta perfecta que podría ser económica y financiera, política y
geopolítica, y desde luego, social, y por lo tanto podría prolongarse en el
tiempo ¿podría prolongarse indefinidamente? ¿hasta que “el destino nos alcance”?
¿o hasta que volvamos a flote para deslumbrarnos con un “nuevo mundo feliz”?.
Ojalá que todo esto resulte ser mera especulación, sinceramente
eso espero, lo cual no implica que debamos confiarnos y mucho menos bajar
nuestro nivel de alerta.
Y ya para concluir y en lo que respecta a nuestro país
Venezuela, hablar de laboratorio ya no tiene sentido, Venezuela es la catástrofe
en acto y disponiéndose a escalar hacia dimensiones espantosas, el solo hecho
de imponerle cuarentena a una población sometida al desabastecimiento y a la
escasez crónica de alimentos y medicinas esenciales, incapacitada de hacer un
mínimo acopio para resistir, sometida a graves carencias en servicios básicos como
agua y electricidad, con una infraestructura sanitaria que se encuentra por los
suelos, en donde se ha retrocedido enormemente en el mismísimo control de muchas
enfermedades endémicas…
Señores, lo que podría estar a punto de desatarse en
Venezuela, es una apocalipsis en pleno siglo XXI, para vergüenza de la
civilización ¡para vergüenza de todo el planeta!
Ya lo expresé en un video anterior: imponerle la cuarentena
a una población ¡sin agua! que no puede acumular una reserva mínima de
alimentos y medicinas, incomunicada en muchos casos por apagones de
electricidad que pueden durar horas y días, es el equivalente a encerrar a la
gente en un campo de concentración pronto a convertirse en campo de exterminio,
sé que lo que estoy diciendo suena muy duro, pero de ninguna manera se puede
subestimar esta posibilidad, por muy improbable que le pueda parecer a ciertos “analistas
y expertos” nacionales e internacionales, de esos que han quedado ridiculizados
por la realidad más de una vez, desde que apareció este virus chino ¡quién sabe
cuándo!
Muchas gracias por la atención, muchas gracias por la
paciencia, y recuerden que la conexión no termina con este video, estoy a la
disposición por este canal, en los comentarios que tengan a bien hacer, y
también en Twitter, en las cuentas que aparecen más abajo, donde también está
la de Aura Palermo, que estará de vuelta en próximos videos.
Hasta pronto. Cuídense.
Excelente articulo, lo felicito y agradecido por compartir sus conocimientos
ResponderEliminarlo felicito, usted comprende en contexto los poderes mundiales y a atinado a su prediccion sobe venezuela, al menos Estados Unidos decida dar de baja al dictador la catastrofe por la epidemia, por hambrunas se vera en millones de muertos
ResponderEliminar