En menos de cuatro meses, en el caos creciente promovido
tanto por el Estado chavista como por su oposición oficial agrupada en la “mesa
de la unidad democrática” (MUD), para poder surfear juntos hacia el
dialogo-antesala de la cohabitación constitucional, ha surgido una verdadera
oposición independiente, que no es la oposición farsante cuya verdadera
naturaleza al fin terminó de aflorar con la excarcelación de Leopoldo López y
la aparición del manifiesto llamando al “entendimiento nacional”.
Se trata de una oposición real, independiente, divorciada de
cálculos promovidos por poderes del statu quo, que se hace llamar
“resistencia”, y debe ser vista como un síntoma positivo de que el sistema
inmune de la política nacional, aun puede crear anticuerpos, sin embargo, esta
resistencia no toda es oro en su brillo, es un movimiento insurrecto sin duda
alguna, pero un movimiento políticamente desordenado que bien podría degenerar
en calamidad adicional, si no se toma conciencia desde ya, desde el seno del
mismo movimiento, de sus limitaciones, errores y desviaciones.
Este artículo es una advertencia dirigida a la misma
resistencia, y a la colectividad que debería gestarla, alimentarla y
acompañarla en determinado momento, hacia acciones que bien podrían resultar
subversivas si se logra cierto concierto, mientras tanto, aquí les va mi
“aguacero”.
La resistencia está cometiendo el trágico error de reforzar
la estrategia del régimen de asedio a la población, con acciones de AUTOASEDIO,
sin tomar en cuenta que la lucha es contra fuerzas que no obedecen a vestigio
alguno de civilización, y a las cuales no les temblará el pulso para
incursionar directamente contra hogares y comercios.
Tampoco toma en cuenta que todas las líneas de
abastecimiento, de servicios básicos, dependen del enemigo, y las pocas con las
que contamos, los comercios justamente, son fácilmente aniquilables, no toma en
cuenta en fin, que la parálisis de la vida ciudadana, es EL GRAN FAVOR que se
le hace a la tiranía y sus cortesanos.
¿Se han puesto a pensar realmente en lo que significa una
situación de AUTOASEDIO?
¿Se han puesto a pensar, que al Estado solo le importaría
mantener abiertas ciertas vías y corredores, y que las mantendrán abiertas
mediante verdaderas acciones DE GUERRA que solo podrían ser contrastadas (inútilmente),
sin desguarnecer precisamente los “nichos de resistencia”?
¿Se han puesto a pensar cuando se trancan y se aíslan en
supuesto bastión, qué hacer si alguien resulta herido, o si un vecino requiere
atención médica que solo puede proporcionar un consultorio, o una clínica?
¿Se han puesto a pensar en cómo quedarían, si el Estado
decide cortarles la electricidad, el agua, LA INTERNET y las radio bases de
telefonía celular? Piénsenlo bien porque bastaría con interrumpir, uno solo de
esos servicios.
La resistencia está cometiendo el error de la acción
precediendo a la organización, no se puede involucrar a la fuerza a una
comunidad en acciones de “resistencia” sea activa o pasiva, sin antes hacer un
verdadero trabajo político de concientización y organización en esa comunidad,
donde lo que se planifique y ejecute debe maximizar apoyos y minimizar
rechazos.
La resistencia adoptó ciertos conceptos como religión:
Guarimba, Ucrania, Gene Sharp, Sun Tzu, etc., y esto es peligroso por tres
lados: endurece una visión que por necesidad debe ser totalmente flexible,
sobre todo en el saber CUANDO ACTUAR, y por otro, tribaliza la lucha y la
convierte en asunto de “iluminados” auto glorificados, que solo ven impureza
fuera de su círculo, tercero, focaliza la lucha, un gran favor que se le hace a
un enemigo que sabe de “foquismo” y “guerra popular” lo que ciertos iluminados
(e iluminadas) de la resistencia no aprenderán ni en 100 años, porque de paso se
distinguen por ser particularmente ignorantes.
La resistencia no toma en cuenta que el momento de actuar NO
ES AHORA, porque nunca se arremete cuando el enemigo está justamente aguardando
eso, y necesita de tu ataque para arrasarte, no se ataca a un enemigo que está
con la guardia alta, que sabe dónde estás, sabe lo que vas a hacer y está
ansioso por destruirte. [1]
Por último, hay que cuidar mucho todo contacto y relación
con todos los que se hacen llamar “resistentes”, porque en estos momentos
muchas organizaciones, aun las más modestas, podrían estar infiltradas “hasta
los tuétanos”, no hace falta investigar profundamente para comprobar la ingenua
permeabilidad de muchos de estos grupos que no han asumido, por ejemplo, que en
cada urbanización, y en cada foro real o virtual, hay “patriotas cooperantes”
que están siendo bien recompensados por su labor (y que con los “comités de
rescate de la democracia” harán fiesta por cierto).
Hay que desconfiar también de ciertas organizaciones
francamente siniestras, que promueven caos de realimentación a la guerra
zamorana del Estado (Plan Zamora + Constituyente) y a la guerra necesaria para
hacernos tragar el “diálogo” (Entendimiento Nacional), y me refiero
específicamente a los “resistentes” que promueven saqueos, y a ciertos partidos
que promueven el acto suicida máximo: la huelga general política (destrucción
del aparato productivo de pequeños y medianos empresarios, y de la reserva
moral y material para resistir).
El momento para actuar lo debe determinar una conjunción de
factores de organización, comunicación, coordinación, sincronización y
oportunidad, que deberán ser evaluados en ámbitos tanto de la sociedad como del
Estado, y en la misma fuerza armada, esto es trabajo de conspiración, y
necesita tiempo y sangre fría.
La resistencia en todas sus formas, incluso las más
pacíficas, deberá actuar bajo la presión implacable de persecución por parte
del Estado y su oposición oficial, pues será la enemiga de todos los
establecimientos y estamentos, y se le clasificará como terrorista, y esta será
la culminación de un proceso que viene desde hace tiempo, y para muestra un
botón: hace 8 MESES, o sea mucho antes de que todo este caos intencional se
activara, escribí sobre lo que ya estaba pasando en un artículo cuyo título es “Ha
Nacido La Oposición”, el cual se encuentra ligado a ciertas actualidades del
momento, solo en apariencia ya superadas, pero sigue siendo totalmente válido.
[1] Addendum
imperativo: la transición al comunismo versátil necesita activar un período de
caos prolongado e insoportable con miras hacia una crisis resolutiva final que
deje como único camino plausible la negociación política, se trata de un caos
inducido desde el Estado y su oposición (la sociedad de cómplices) al cual no
se le debe realimentar, esto ya ha sido explicado en muchos artículos míos y de
Aura Palermo en forma exhaustiva.
Ahora bien, logrado el objetivo de la implantación de un
nuevo régimen de consenso y alternabilidad, el Estado y todos los poderes que
gravitan en torno a él necesitarán estabilidad creciente para la consolidación del
mismo, no solo en lo político sino en lo social, y será solo a partir de ese
momento cuando podría comenzar a presentarse la oportunidad para iniciar
verdaderas operaciones de conspiración, resistencia, disidencia y desobediencia,
acciones cuyo “timing” deberá calibrarse cuidadosamente y solo si se han
logrado estructurar instancias sólidas de organización, comunicación,
coordinación y sincronización a nivel nacional e internacional.
Hacerlo en estos momentos, antes de la finalización del
ciclo caótico, o a destiempo durante la fase de estabilización del nuevo
régimen de consenso y “paz rentista”, nos llevaría a caer directamente en una
de las muchas trampas que el poder ha preparado, especialmente después de la
experiencia acumulada en el cuatrienio del 2002 al 2005. La conspiración por
ejemplo, no podrá empezar, ni avanzar, mientras no estén dadas ciertas
condiciones que por los momentos están lejos de lograrse, y lo que vale para la
conspiración, deberá valer para todo tipo de iniciativa o acción que aspire
verdaderamente a la insurrección.
Esta problemática será explicada en su momento,
lamentablemente, habrá bastante a tiempo a disposición para los únicos que
podrían emprender el camino acertado: los que logren quitarse de sus mentes el
“falta poco”, el “ahora o nunca”, el “para luego es tarde”, típicos de una idiosincrasia
venezolana que permea todos los niveles socioeconómicos y educativos.
Artículo publicado originalmente el 13 de julio de 2017 en
la antigua página de “La Cabilla” (lacabilla.com).