Luego de las elecciones regionales sigue la discusión sobre
fraude versus abstención, una discusión a puerta cerrada, mejor dicho, a celda
cerrada, se trata de una cárcel.
Se ignora (y se tapa) un solo hecho simple, el cual basta y
sobra para descubrir todo el circo: el Consejo Nacional Electoral (CNE), nunca
fue tocado por la actual Asamblea Nacional (AN).
Mientras tanto, la discusión bizantina “fraude vs
abstención” solo sirve para animar la distracción dentro del penitenciario.
Se trata de una discusión sobre culpas y responsabilidades, que
nos distrae de los verdaderos hechos, todos hechos fatídicos.
Aquí la lista nefasta:
1. Queda demostrado el dominio absoluto del régimen sobre un
sistema electoral que puede generar los resultados que se necesiten, sin
importar los índices de sufrimiento en la población. Habrá por lo tanto
elecciones al “viejo estilo directo”, hasta que por vía constituyente el Estado
comunal ponga en práctica su propio sistema de elecciones indirectas,
colegiadas.
2. El dominio es tan absoluto que el ente rector del sistema
electoral es intocable, la abstención de toda acción real de la AN “opositora”
contra el CNE desde que esta se instaló, no hace unos días, sino hace más de 21
MESES lo demuestra (esta es la verdadera abstención, la que tenemos como viga
en el ojo).
No hay nada, nada más abstencionista que la Asamblea
Nacional. ¿Se entiende ahora por qué el resultado electoral que la generó en 2015,
fue una concesión sin riesgos por parte del régimen?
3. En estas elecciones recién concluidas, una parte de los
partidos de la “mesa de la unidad democrática” (MUD) llevaron al matadero al
resto, fue una emboscada. Hay otros partidos “que son más iguales que otros” en
esta granja. Sin duda, hay otros pactos, más allá de los pactos visibles de
“unidad”.
4. Esto significa una sola cosa: en las presidenciales todos
los candidatos serán del sistema, la cuadratura gatopardiana perfecta, por lo
tanto el candidato de oposición siempre será de oposición, contra nosotros.
Ni régimen ni oposición, ES UN SISTEMA. La tiranía, es el
más perfectible de los sistemas.
El surgimiento de una verdadera oposición llevará tiempo, no
hay nada listo, no hay líderes listos, no hay organizaciones, salvo egos más o
menos “organizados” en permanente turgencia mediática. Esta no es una
competencia de relevos, sobre todo porque este país será determinado desde
fuera, una vez más. Ya expliqué eso en artículos anteriores, “aquí ya no
pintamos nada”.
La eficacia de toda verdadera oposición al régimen chavista
será determinada por alineaciones externas que solo pueden ser trabajadas, a
ritmos que poco tienen que ver con “emergencias humanitarias”, y que dependen
de una complejidad geopolítica que se encuentra en los preliminares al acto de
complicación, mejor ni les comento cuanto tiempo se lleva eso, cuantas
tragedias se lleva eso.
Sospechen de todo el que prometa o clame por “velocidad”,
más aún si lo anuncia públicamente para mejor aviso al enemigo, desconfíe de
esas sirenas que quieren llevarlo al conflicto deseado por ese enemigo, y para
el cual está más que preparado. Si alguna lección debiera extraerse de la
sangre vertida en los meses de agitación callejera, es esta.
Así como en psicología hay "fases del duelo", en
Venezuela se viven "fases de negación / ilusión / ira / frustración
opositora" y a cada de una de esas fases sirve una oposición
circunstancial, que no ataca al sistema sino a estos ciclos. Hay que salirse de
este determinismo que además posee una característica maligna: nos hace ver
como local, lo que es global.
La puerta ha sido cerrada, y solo podrá ser abierta desde
afuera.
Artículo publicado originalmente el 17 de octubre de 2017
en la antigua página de “La Cabilla” (lacabilla.com).
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