Escribo este artículo sin aún conocer los resultados finales
del plebiscito, los cuales de todos modos carecen de importancia ante la
avalancha humana observada ayer, tanto a nivel nacional como internacional, una
manifestación verdaderamente popular cuyo volumen hace que la cifra numérica
final pierda mucho sentido ¿Cuántos fueron? sabemos que fueron ¡MUCHOS! Y estoy
seguro de que para la clase política tanto de la “mesa de la unidad democrática”
(MUD) como para los oportunistas del “chavismo crítico”, así como para el Estado
chavista y para la fuerza armada, fueron demasiados.
¿Ocurrió algo impredecible? definitivamente sí, porque
incluso este servidor que se esperaba una respuesta masiva, una respuesta
“importante” (en torno a los 4 millones de votantes) nunca se imaginó la
dimensión del desborde que al final ocurrió, un desborde colosal, que estoy
seguro agarró de sorpresa tanto a sus organizadores como a los observadores, a todo
nivel y en toda instancia.
Hoy la gente anda feliz, y se lo merece, el régimen no, no
anda feliz, los militares tampoco ¡y la MUD tampoco! Este desborde de hoy los
metió a los tres en un berenjenal, que no creo que altere muchos los planes en
cuanto a objetivos finales, pero si pudiera obligarlos a replantearse tácticas,
fases y ritmos.
Todos ellos han contado hasta los momentos con la promoción
del caos para aprovecharlo -un recurso de “provecho mutuo creciente”- pero al
ver que la potencial magnitud del caos podría desbordarse hacia lo inmanejable,
por las dimensiones que pudiese llegar a tener y por el surgimiento de núcleos
de resistencia política indomables, esto podría obligar a un replanteo, el cual
podría consistir en una aceleración de los tiempos para llegar a la fase de negociación,
nada de raro tendría esto, porque además los efectos de la observación
internacional es altamente probable que se orienten en esa dirección.
La constituyente va, y va porque además el plebiscito, salvo
acción de un grupito incontrolable en Caracas, fue "permitido", pero
la constituyente en su ejecución podría ver prolongada su fase
"blanda" inicial y hasta permitir elecciones, no solo de gobernadores
(ya aprobada), sino también de alcaldes y hasta anunciar presidenciales para el
2018, para aliviar en forma efectiva la presión inmediata, porque el
"mandato" que surge del plebiscito, el “mandato urgente” para TODOS
será bajar la presión, lo más rápido que sea posible, un movimiento táctico
indispensable ante lo que pasó hoy.
La “hora 0" por parte de la MUD desde luego irá, porque
no activarla en menos de 48 horas, sería como tentar la detonación de una bomba
atómica social, pero buscarán "dosificarla" de alguna forma, para no
despertar gigantismos protestatarios, en otras palabras, la transformarán en la
hora 25, la hora tardía...
Ahora bien, la hora “0” muy bien podría ser el llamado a
huelga general, porque sería de aceptación popular y porque sobre todo serviría,
si se dirige de cierta forma, para un "enfriamiento rápido" por su
carácter paralizante, no sé si a la MUD le dolería la destrucción que supondría
en términos de pequeña y mediana economía comercial y productiva, y de avance
del plan del régimen para esa área, a lo mejor, también los micropolíticos de
la MUD comparten ese objetivo, en anuencia con determinadas boliburguesías y
otras burguesías rampantes, de viejo y nuevo cuño, que encontrarían allanado el
camino para suplantar ese tejido productivo y distributivo.
Esto se escribe en caliente, algo que generalmente no hago,
pero esta vez lo siento como un deber, porque la demostración de la gente fue
realmente extraordinaria, y por lo tanto las amenazas que se ciernen sobre la
población, también podrían ser extraordinarias, en cuanto a su inminencia.
Qué lástima que no contamos, por ningún lado, aunque sea con
un "liderazgo mínimo", incluso de pericia política básica, que
pudiese capitalizar esto que comenzó hoy, pero no lo tenemos, NO SE VE POR
NINGUNA PARTE.
¡Qué gran ocasión perdida!
Artículo publicado originalmente el 17 de julio de 2017 en
la antigua página de “La Cabilla” (lacabilla.com).
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