El próximo domingo tendremos elecciones en España, y una sola cosa
me preocupa, la votación por el Partido Popular (PP).
Para ahuyentar toda posibilidad de
votar por el PP bastaría pronunciar una sola palabra: RAJOY, y si esto no surte
efecto, solo se puede pensar en insania.
Si José Luis Rodríguez Zapatero fue el tumor primario, Mariano Rajoy fue la metástasis.
El PP no tiene remedio, la prueba está en que se ha negado a hacer lo urgente, lo imprescindible: un exorcismo, y si el demonio no suelta, purga.
(Si, soy infantil al pensar que un partido de corporativismo prebendario pueda hacer algo así)
Se dice que el enemigo es la izquierda, sin duda alguna es un enemigo, en todas sus vertientes: socialista (PSOE), comunista (PODEMOS) y los separatistas.
El PP no tiene remedio, la prueba está en que se ha negado a hacer lo urgente, lo imprescindible: un exorcismo, y si el demonio no suelta, purga.
(Si, soy infantil al pensar que un partido de corporativismo prebendario pueda hacer algo así)
Se dice que el enemigo es la izquierda, sin duda alguna es un enemigo, en todas sus vertientes: socialista (PSOE), comunista (PODEMOS) y los separatistas.
Es un enemigo, pero no es EL
enemigo, el enemigo es el actual Estado español, afectado por un cáncer que no
ha dejado de avanzar desde que Zapatero, el verdadero chavista español, llegó
al poder.
España es buen ejemplo, de nación
donde el sistema de partidos colonizó al Estado, operación promovida por
poderes que buscan privatizarlo. Los partidos españoles: el nivel intermedio,
meros ejecutores, todos se han vuelto empresas de "gatekeeping",
espero que VOX no termine igual.
Pero un Estado como este que se ha
desviado hasta volverse criminógeno, no puede existir sin una complicidad que
debe establecerse a toda escala, hasta llegar a la fractalidad. El “cómplice necesario”
ha resultado ser el PP (aunque a partir de Rajoy comparte la autoría material),
pero esto no es suficiente, necesaria es la existencia de una sociedad de cómplices,
que permee hasta abajo, hasta la base, y esto por una razón: de todos modos
necesitan votos.
La utilidad del PP en este sistema finalmente
atado y bien atado, consiste en que lo perfecciona al proveer la simetría bilateral
que autoriza la calificación democrática, en sus términos más “correctos”.
Si España fuese un país medianamente “normal” (algunos dirían un país
razonablemente “sano”) bastaría la construcción de una alianza de “las
derechas” entre el PP, Ciudadanos y VOX. En Italia, un país que calificar de
normal sería un buen chiste, se ha logrado con La Lega, Fratelli d'Italia y
Forza Italia, pero hablamos del país de Maquiavelo (que de todos modos logró una confluencia tan inverosímil como la de Cavour con Garibaldi para unificarse
como nación).
Lamentablemente, me temo que una alianza
de las derechas en el sistema atado y bien atado, terminaría siendo de asimilación
al sistema, porque éste cuenta con una estructura antifrágil (que crece en el
caos), una estructura que se ha dividido en subestructuras que aspiran a la autonomía.
Imponerse sobre esta arquitectura corporativa a un paso, o ya constituida en
una federación de mafias, difícilmente se podría lograr sin potenciar todos los
conflictos ya existentes, y los durmientes.
La razón de ser de la asimilación al
sistema es la muerte de toda alternativa, ya pasó con Ciudadanos. Es la maldición del consenso,
y de su siamés el electoralismo, que han descubierto que el llamado a
elecciones se puede hacer con desenvoltura, es más, debería hacerse con cierta
frecuencia para poder vaciar de sentido cualquier cambio que pueda producirse,
es el agotamiento por repetición.
En algún momento, en algún lugar, quizás
por accidente, la derecha hará “clic” y superando cierto temor natural,
descubrirá que la única alternativa posible debe ser antisistema, el temor
obedece a que esto implica conflicto, guerra. Por cierto, los que si quieren
cambiar el sistema, fragmentándolo, ya asimilaron este designio, se han
preparado, y solo esperan el momento.
Por lo tanto ese “clic” cuando
ocurra, pudiese ser tardío.
Aquí la mayor irresponsabilidad de
todas las dirigencias consiste en no hacernos ver que el conflicto ya se desató,
que ese conflicto en estos días al fin logró la baja de Franco, proceso de
resurrección del mal que comenzó con el destructor Zapatero, él desempolvó la
guerra civil, y ahora Sánchez la desenterró para sancionar el fin de toda paz,
y todo esto nos agarra mal, porque Rajoy nos entregó.
En estas circunstancias ¿es posible
cambiar el sistema desde adentro? La experiencia no solo española, la de muchas
partes, indica que la entrada al sistema implica casi siempre adaptación y neutralización,
hasta llegar a la esterilización, algunos dicen que esta fatalidad se gestó
desde la misma transición.
¿A VOX podría pasarle lo de Ciudadanos?
El partido de Albert Rivera nació con un diseño listo para abrazar debates, negociaciones
y concordatos, una arquitectura civilizada, alejada de “bajezas”, como debe ser
“la derecha educada”, esa que siempre se cuadra de primera, en la fila de los tontos
útiles que demonizan todo conflicto.
Lo único que podría alterar este
determinismo de régimen consensual, de civilidad y corrección como fachadas
para encubrir la barbarie moderna, es un milagro: que el solo partido VOX
obtuviese la mayoría, eso lo cambiaría todo, se trataría de un mandato
ineludible, pero estamos hablando de una fantasía que es posible que nunca
llegue a realizarse, dadas las característica del ecosistema político, y del electorado
que ha logrado moldear.
Una vez más ¿Se puede cambiar al sistema desde adentro? Esta pregunta
la debe responder VOX, y la debería responder todo el que vote por VOX, la apelación
es colectiva y es a no engañarse.
No engañarse, y no engañar, si VOX no
hace esto estaremos jodidos.
Aunque ganemos.
Siempre había pensado que con instituciones fuertes, la democracia podría funcionar pero últimamente tengo la sensación de que si el país no dispone de una generación de políticos de gran capacidad, de gran cualificación, todo se va por el caño.
ResponderEliminarAntes me parecía odioso Schumpeter pero ahora creo que tenía razón cuando insinuaba que el electorado es incapaz de establecer juicios razonables sobre política. Después de lo que pasó en Chile con los Chicago Boys y en Singapur con Lee Kuan Yew. Ya se que esto está tan solo a un paso de pensar que lo que 'el pueblo' necesita es ingenieros capaces de adoptar las decisiones técnicas correctas pero bueno... es solo una consideración.
La democracia solo puede funcionar si se establece la hegemonía cultural, esto plantea un problema previo, que es el que a menudo se soslaya.
ResponderEliminarSi Schumpeter dijo eso, entonces me tocará sacarlo de toda lista, es demasiado ingenuo. Todo electorado es un diseño ideológico.
Nada más infantil que creer que los técnicos pueden tomar decisiones correctas en política. Creer eso es positivismo, la ideología que desprecia la política y cree que la ciencia debe tomar su lugar. Esta doctrina ha debido quedar relegada al siglo XIX, pero cierto liberalismo adolescente y “tonto utilista” la relanza al creer que la política debe ser “políticas públicas”, los políticos deben ser “buenos gerentes” y el gobierno lo que debe promover es “calidad de vida”. Detrás de esta obra de idiotización profunda sospecho que hay un plan secreto de la izquierda, no le encuentro otra explicación.