Amigos visitantes y seguidores de este apartado rincón del espacio-tiempo cibernético, donde el objetivo principal no es informar, sino poner a pensar para evitar la atrofia de facultades mentales básicas para la supervivencia.
En estos días estamos presenciando la eclosión definitiva
del caso “Russiagate” en los Estados Unidos, un caso que podría ser explosivo,
pues se trata nada más y nada menos, del caso que podría dejar al descubierto
una conspiración de Estado contra Donald Trump, para sabotear su presidencia y
eventualmente desalojarlo del poder, se trata desde luego de una conspiración
de Deep State.
Pero antes de empezar, me voy con un pequeño paréntesis,
sobre todo para los que no siguen mis videos desde el principio: cuando me
refiero a las agendas globalistas de dominación me refiero a la agenda
globalista propiamente dicha, cuyo eje esta en ciertos sistemas de poder de los
Estados Unidos y Europa, y a la agenda del “Comunismo Versátil”, cuyo eje
fundamental es China, y que actúa sobre todo en los países del sur del mundo, y
estas dos agendas son aliadas, se complementan, el que quiera entender esto
debería seguirme desde el principio, y andar pendiente de futuros videos, y todo
esto lo encontrarán en una playlist que se llama “Poder y Superpoder: las
Agendas Globales”, cuyo enlace lo encontrarán en el texto descriptivo que
acompaña a este video.
Ahora sí, vayamos al
grano: la llegada de Donald Trump al poder en 2016 es un evento catastrófico continuo
para el Deep State de los Estados Unidos, por varias razones.
Lo primero: Donald Trump no es político, no es un político
de carrera, nunca ha sido funcionario, nunca ha sido empleado de nadie, por lo
tanto no cumple con los requisitos indispensables para que alguien pueda ser
promovido por el Deep State: no le debe
nada al sistema, o por lo menos no le debe todo lo que es, a nadie, posee
fortuna propia, y lo más importante, lo crucial: no es extorsionable, no es
chantajeable, por lo tanto y por todas estas razones, es incontrolable, y nunca
será un sumiso.
Donald Trump además desea acabar con el intervencionismo militar
de los Estados Unidos en el mundo, no es un aislacionista pero tampoco quiere
ser policía del mundo, y quiere acabar con el gasto desmesurado que todo esto
implica, gasto público en operaciones militares que alimenta directamente al
complejo industrial militar, que es uno de los poderes fácticos más importantes
en los EE.UU., aquí es importante apuntar que el gasto en equipamiento de las
fuerzas armadas y en desarrollo de nuevos armamentos no ha sido recortado por
Donald Trump, lo que ha hecho, es frenar en la medida de lo posible las
intervenciones militares, y digo frenar porque contrario a lo que muchos piensan,
ningún presidente de los Estados Unidos dispone de un poder decisorio absoluto
en estas cuestiones, eso ya lo vimos con sus vaivenes en Siria, y como le han saboteado
desde adentro su iniciativa de negociar con los talibanes de Afganistán ¿recuerdan
a John Bolton?
Lo que pasa es que la cuestión Siria, así como la de Afganistán
son una herencia de administraciones anteriores, sobre las cuales puede influir
en forma limitada porque estas operaciones con el tiempo han desarrollado una
ramificación, y hasta una radicación, lo cual a su vez ha generado problemas de
difícil, o lenta resolución.
Eso sí, donde Donald Trump si puede influir, es sobre la
activación de nuevas operaciones de policía mundial, es allí donde puede
imponer su determinación, y el ejemplo más notorio, es la de la posible
intervención militar en Venezuela, esto lo he explicado una y otra vez en una
larga serie de artículos que encontrarán en mi blog, en el texto descriptivo
que encontrarán debajo de este video, coloqué los enlaces, si desean
profundizar en este asunto.
Ahora, volviendo al tema interno de los EE.UU., hay un
negocio que Trump ha estado estropeando desde que llegó a la presidencia, y es
el negocio de la guerra fría sin fin, negocio del cual no solo depende el
complejo industrial militar sino las agendas globalistas de dominación, esta es
una historia larga y esta relacionada con Rusia y su papel de polo importante,
en un orden mundial que las agendas de dominación no desean tanto que sea
multipolar, ni siquiera bipolar, porque a lo que apuntan realmente, es a un
gobierno único mundial, y en esto, Rusia nunca va a encajar, esto lo explicaré
más adelante, con calma porque tiene su complicación, sobre todo en la relación
de Rusia con la agenda del comunismo versátil, que es una herencia directa de
la guerra fría, “capítulo tercer mundo”.
Bueno, conectemos de nuevo justamente con el tema de la
guerra fría sin fin, que es un jugoso negocio global, un negocio estructural que
ya se los explicaré en otro video, y en donde lo importante es que Rusia siga
siendo vista, como una amenaza para la paz y la seguridad, y a este juego
Donald Trump ha dado muestras, repetidas y convincentes muestras, de que no se
va a prestar, Trump durante su campaña de 2016, ya lo anunció, y lo hizo
siguiendo su estilo tajante, incluso se expresó de Vladimir Putin con cierta
admiración y respeto, eso terminó de encender la alarma roja en las cúpulas y
logias de la agenda globalista, desde China hasta los EE.UU., pero sobre todo
en los EE.UU., y cabezas visibles de esa cúpula son Barack Obama y Hillary
Clinton.
A partir de ese momento, las sospechas que ya tenían los
globalistas, se transformaron en certeza, y comenzaron a actuar, a nivel local
y global, y una de estas acciones consistió en crear una trama diabólica donde
a Donald Trump y a Vladimir Putin se les presenta como aliados secretos,
incluso a Trump como un subalterno de Putin, una trama que consiste en querer
demostrar como sea que el triunfo de Trump fue una operación rusa de abierta
injerencia política y electoral en los EE.UU., es allí donde comienza lo que
hoy en día se denomina el caso “Russiagate” y que podría terminar volteado en
dirección contraria, convirtiéndose en “Obamagate”.
¿Por qué? porque la situación en estos 4 años se le ha ido
volteando a los globalistas estadounidenses, y podría tocar, tocar muy de cerca
a Obama, pero en esto están metidos también egregios globalistas de otros
países, como el Reino Unido e Italia, incluso Ucrania y hasta Australia, se
trata de un asunto muy enmarañado, que difícilmente se puede explicar en forma
resumida, aunque es posible que me anime a hacerlo más adelante, y digo más
adelante porque esto todavía se encuentra en sus comienzos.
En los próximos meses veremos a Trump pasando a la ofensiva,
no será fácil porque se tratará de un enfrentamiento no solo contra el Deep State
de los Estados Unidos, sino contra Deep States de otros países, en otras
palabras, los círculos de poder que sustentan a la agenda globalista de
dominación, y en esta ofensiva podrían quedar al descubierto otras subtramas,
relacionadas con elites no solo políticas y económicas, sino mediáticas y hasta
culturales de los Estados Unidos, y muy importante, para mi lo más importante, podrían
quedar al descubierto realidades realmente siniestras, y una de estas
realidades siniestras, es que también los EE.UU. son un país laboratorio, y en
algunos casos un país laboratorio cuyos experimentos marcan la pauta, por ejemplo,
en el dominio creciente del poder científico, la cienciocracia, tema que
precisamente ha adquirido enorme preponderancia a raíz de la pandemia del virus
chino, y su eventual continuación en el tiempo, como normalización irreversible
de un nuevo modo de vida global.
Señores todo esto que estamos viviendo, y sufriendo, esta
transición hacia “el nuevo mundo feliz” y hacia la “Matrix”, habría recibido un
empujón definitivo con la llegada al poder de Hillary Clinton, y este acelerón
igual podría ocurrir con la llegada al poder de cualquier candidato presidencial
del partido demócrata de los Estados Unidos, un partido que ya no es un partido
político, sino un partido “políticamente correcto”, o sea un partido intermediario
de poderes hegemónicos, perfectamente alineado en sus dos vertientes, la
socialista y la globalista, con la implantación de una “tiranía de emperador
invisible” en todo el mundo.
Bien, es todo por hoy, seguiré desarrollando este tema así
que no se me pierdan, muchas gracias por la atención, cuídense, de los que no
desean que salgamos del laberinto, y nos veremos pronto, muy pronto, hasta
luego.
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