Hace 2 años, en 2018 publiqué un artículo que se titula: “La cocción de los Estados Unidos a término medio”, ese artículo -que más abajo en el texto descriptivo puse el link- era un análisis relacionado con las elecciones “midterm”, las elecciones a mitad de período en los EEUU, pero antes de desarrollar ese tema en el artículo, me fui con un prólogo que se titula “encendiendo la brasa” donde que decía lo siguiente:
Encendiendo la brasa
Estas elecciones ocurren en un momento especial,
entendiendo por especial, su alejamiento de la “normalidad” vivida en los EEUU
al menos en los últimos 40 años, y que solo los atentados del 11 de septiembre
de 2001 tuvieron el suficiente impacto para alterarla.
Cuando hablamos de períodos de normalidad o de paz en los
EE.UU. debemos estar atentos porque no siempre la situación ha sido así, en el
siglo XIX el país tuvo que enfrentar la carnicería de la guerra de secesión,
cuya impronta aún sigue viva en muchos Estados, digan lo que digan, y en el
siglo XX ni hablar: apartando las guerras mundiales, se debe reseñar la gran
depresión de los años 30 a raíz del crack bursátil de 1929, y desde luego, lo
que les tocó vivir en los años sesenta, y en ese período vamos a hacer hincapié
porque de algún modo podría repetirse, esta vez como resultado de una dinámica
controlada por ciertos factores, que tanto este servidor como Aura Palermo
hemos estado estudiando desde hace tiempo, lo cual nos lleva a concluir que
podría estar en desarrollo una situación de conflicto interno creciente en
donde pareciera que se está haciendo de todo, de lado y lado, para ir hacia una
escalation como la de los años sesenta.
¿Recuerdan los años sesenta en los Estados Unidos? si por
alguna razón no los recuerdan, los sesenta fueron la década de los asesinatos
de John Fitzgerald Kennedy, Malcolm X, Martin Luther King y Robert Kennedy, la
década de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles y Vietnam, la de los
disturbios raciales no solo en el “Deep South” sino en grandes ciudades como
Los Angeles, New York, Chicago, Detroit, fue la época de las “panteras negras”
y del black power en todas sus salsas retando al sistema, época de “fresas de
la amargura” con rebelión estudiantil y universidades en operativo policial, de
liberación femenina y revolución sexual, de contracultura, psicodelia y
alucinógenos. En un Estado como California “convivían” Charles Manson,
pacifistas, hippies, Ku-Klux-Klan y Black Panthers. En los años sesenta el
ejército de los EE.UU. no solo intervino en Vietnam sino en muchas calles de
muchas ciudades americanas, y pasó trabajo.
Los años sesenta para muchos “ciudadanos normales”,
representaron una “época de fin de mundo” donde todos los valores se iban
perdiendo y todo cambiaría para peor, sin embargo, el país aparentemente superó
el apocalipsis y ya en la década de los ochenta con Reagan todo parecía un
lejano recuerdo. En realidad, las cosas siguieron igual, porque nunca hubo una
resolución convincente, definitiva, capaz de superar cierto estado de cosas,
solo hubo una tregua, un armisticio, el “American Dream” seguiría siendo una
cuenta pendiente en muchos sectores y niveles de la sociedad, que se podían
anestesiar aumentando la dosis de consumo y crédito fácil en la ecuación del
“American Way of Life”.
Los que creen que los Estados Unidos andan mal, no tienen
idea de cuán mal se podría poner la cosa -en términos más que palpables- de
seguir la exacerbación de los ánimos en plan de caos políticamente
aprovechable, y existe un precedente ominoso en esos años sesenta, y en el país
de la guerra de secesión cien años antes, el país de las tensiones internas
permanentes (no solo raciales) que forman parte de su historia, que han
moldeado su historia.
Hay algo que debería ser tratado con sumo cuidado, y es
la cuestión de la guerra que se ha desatado desde toda trinchera contra Donald
Trump y las posibles consecuencias que esto podría traer. Sacarlo del poder a
como dé lugar, podría desatar demonios que no sabemos si han sido debidamente
identificados y ponderados, sobre todo porque la hipótesis de conflicto civil
en la sociedad estadounidense no puede ni debe descartarse nunca, menos aún si
observamos lo que ha pasado en los últimos años, especialmente a partir de la administración
Obama en donde comenzó a hacerse visible una descarada obra de manipulación y
polarización.
Esto lo dije hace 2 años, por lo tanto nada de lo que está
ocurriendo en los EE.UU. en estos momentos, me sorprende.
Ahora bien, lo que estamos presenciando en los EE.UU. es la
activación de un tipo de operación de insurrección política que se llama “foquismo”
¿y qué es el foquismo?
El foquismo es una concepción de guerra asimétrica, de
guerra de guerrillas que se propone focalizar el movimiento revolucionario, con
el fin de encender y precipitar una insurrección contra el Estado, el foquismo
antiguo, el del Che Guevara y Regis Debray, consideraba que las condiciones objetivas
para la revolución, o sea las penurias sociales, económicas de la sociedad
explotada y sometida, no son suficientes, y que para desatar el incendio en la
pradera, hacía falta enfocarse en prender la chispa, que bastaba con encender esa
chispa, para que se desatara el incendio revolucionario.
Esta concepción antigua concentraba, focalizaba las
condiciones subjetivas, o sea, el grado de conciencia, preparación y organización
de los explotados y oprimidos para ir hacia el conflicto revolucionario, y las
concentraba en una vanguardia capaz de movilizarse para proveer la chispa
necesaria, especialmente en países del tercer mundo donde no se podía contar
con un proletariado digno de tal nombre.
Pero el foquismo de los años sesenta, en su ejecución terminó
estrellándose por varias razones, y se sumó a los fracasos de la izquierda
revolucionaria americana, sobre todo en su enfrentamiento contra un sector de
la sociedad y un sector del Estado, en particular las fuerzas del orden y las
fuerzas armadas, que formaban un bloque histórico conservador-liberal, que no
estaba dispuesto a permitir el comunismo y además estaba dispuesto a combatirlo.
Y eso es lo que aprovechó los EE.UU. durante la guerra fría,
para activar sus proxy wars en América latina contra el comunismo, no hacía
falta una intervención directa, una invasión, porque los EE.UU. contaban con
las fuerzas armadas de Latinoamérica para combatir al comunismo aunque eso
implicara golpes de Estado y dictaduras, que de todas maneras quedaban legitimadas
porque había un sector importante, nada minoritario en la sociedad, que apoyaba
eso.
Ahora bien, ¿por qué hablo de foquismo? porque el pasado
noviembre, publiqué otro artículo que se llama “La nueva teoría foquista de la Patria
Grande”, donde analizaba lo que había sucedido en Ecuador, en Chile y en
Colombia, y llegaba a la conclusión de que lo que estaba pasando en esos
países, es guerra asimétrica contra el Estado, o sea, era foquismo, pero además
llegaba a la conclusión de que ese foquismo no era el mismo del che Guevara de
los años sesenta, porque había ocurrido un cambio cualitativo en las
condiciones subjetivas, y en la correlación de fuerzas.
¿Y cuál es ese cambio? que el bloque histórico conservador,
ya no podía contar con la fuerza, o sea con las fuerzas del orden y las fuerzas
armadas para defenderse, porque estas instituciones ya no son las mismas de
antes por dos razones, por dos razones concatenadas, primero porque habían sido
infiltradas por la izquierda, y segundo porque se había impuesto cierta
concepción democrática liberal, que promovía la neutralidad ideológica de las
fuerzas armadas, y que esa insistencia en tener fuerzas armadas no
ideologizadas, en vez de actuar como muro de contención, le facilitó la tarea a
la izquierda, primero neutralizando la hostilidad militar hacia la izquierda, y
segundo convirtiéndolas en simpatizantes de la izquierda.
Y esto para mí se terminó de ver claramente, en el caso de Chile,
donde las fuerzas del orden y las fuerzas armadas de hoy en día, parecen lo
opuesto a lo que fueron tradicionalmente, y ya no quedaba nada de esas fuerzas
que apoyaron el golpe contra el comunismo de Allende, en 1973.
Pero esa misma neutralización, ese mismo horror de cierto
liberalismo, de cierto liberalismo no conservador, hacia la ideologización y el
adoctrinamiento, también se aplicó
en la sociedad, y en el sistema educativo, y con esto lo que yo denuncié en ese
artículo es que cierta concepción liberal se equivocó al no combatir
frontalmente la hegemonía cultural que había logrado la izquierda, porque lo
que quería era educación, instituciones y fuerzas armadas ideológicamente
neutrales.
Sin darse cuenta que la izquierda nunca abandonó la guerra
contra la sociedad, que la caída del muro de Berlín nunca significó que la
izquierda declarase una tregua, es más, el empeño liberal por la laicidad, por
una laicidad extrema, era un favor que le estaban haciendo a la izquierda, por
eso hablo siempre de que cierta concepción liberal no conservadora, es la tonta
útil de la izquierda, porque promueve el desarme ideológico, frente a un
enemigo que nunca soltó las armas, y que siguió planificando la ofensiva final.
Y que nunca abandonó el foquismo como instrumento, solo se
dedicó a preparar las condiciones subjetivas y de correlación de fuerzas, para
que ese foquismo pudiese actuar con eficacia, y en ese sentido, el “Caracazo”,
la revuelta urbana venezolana de 1989, fue como un ensayo, un laboratorio. Y en
2018 vimos como volvió a la vida en Ecuador, Colombia, Chile, que a su vez
fueron otros ensayos, otros laboratorios, para lo que estamos viendo ahora en
los EE.UU. donde además se aprovechó el encierro social forzado por la pandemia
del virus chino, para calentar el terreno, para exacerbar los ánimos, pero no
para esto que estamos viendo, sino para posiblemente estimular una
confrontación civil a mayor escala.
Ayer en un hilo de tuits que me mandé en respuesta a una
seguidora, afirmé que “…el nuevo foquismo "Antifa-Anarquista" de
servicio a las élites de la dominación globalista, es molecularmente fascista y
racista. El objetivo común, siempre es en contra de la civilización occidental”.
Y quienes están detrás de esto? Nadie, porque están todos,
esta es la guerra de un bloque globalista que es tanto de izquierda como
neoliberal, donde cierta concepción liberal es la tonta útil, y me refiero a
ese tontismo útil que considera que toda derecha es ultraderecha y es fascismo.
Y aquí no me refiero a la izquierda, que esa es fácil de identificar, me
refiero a ciertos liberales imbecilizados que aunque no son izquierda, consideran
que Trump es un bufón, y Bolsonaro también, por cierto prepárense para lo que
va a pasar en Brasil.
Y este “neofoquismo” a diferencia del foquismo de guerra
fría, es un instrumento de sistemas de poder, que incluso van más allá de
sistemas regionales o hemisféricos como el Foro de Sao Paulo, porque aquí hay
que hablar de un sistema globalista de elites políticamente correctas, o sea de
pensamiento único totalitario, que actúa justamente a escala global, y estas
elites han recibido en los últimos tiempos más de un golpe, y todos han sido duros
golpes, comenzando con la decisión de Trump de invalidar a la OMS, agencia de
la ONU, ¿y que es la ONU? Es el modelo-prototipo globalista de gobierno mundial
del nuevo orden mundial,
Eso por un lado, y por el otro tenemos a la agenda del
comunismo versátil, o sea China, y su imperialismo sedoso, de nueva ruta de la
seda, que se ha visto fuertemente atacado por la administración Trump por todos
los flancos, incluyendo su patio, y no me refiero solamente a Hong Kong, por
favor, échenle una ojeada a lo que está pasando con el enorme despliegue
militar americano en el Mar del Sur de China, para que vean cuan cerca
podríamos estar de una escalada bélica, y ese despliegue de los EE.UU. no ha
cesado de crecer desde que justamente se desató la pandemia del virus chino ¿casualidad? ¿O será que el
gobierno de Trump sabe muchas cosas, sobre las cuales a los comunes mortales
nos queda especular?
Señores,
Trump, que no sabe echarse para atrás y que también sabe picar adelante, ha abierto varios frentes de confrontación,
que podrían representar guerra abierta en algún momento, y los frentes más
notorios son China, la ONU, la guerra comercial contra el globalismo neoliberal,
de globalización convertida en una piscina de tiburones donde solo pueden ganar
los más fuertes, sobre todo el gran capital y la gran finanza cosmopolita, en
otras palabras los sistemas de superpoder, que son los que realmente no tienen
fronteras, no tienen país ni nación que les interese defender.
Pero
sobre todo Trump ha apuntado y disparado sin miramientos en el frente interno,
contra la confederación de fuerzas del Deep State, contra las fuerzas del “pantano”
como lo llama el, y cuáles son las más notorias: los medios de comunicación,
las redes sociales, en especial Twitter, y el poderoso clan Clinton-Obama, líderes
mundiales de la agenda globalista, que a su vez mantiene posiciones importantes
dentro del Estado, especialmente en ciertos departamentos y agencias.
Por lo tanto este nuevo foquismo o neofoquismo al servicio
del sistema de poder y de superpoder globalista, debe verse como una señal
adicional, en el caso de los EE.UU., de que todos se han unido para declararle
al guerra a Trump, y esta revuelta social sin duda alguna cuenta con el apoyo del
Deep State americano y para eso no necesitaremos buscar más pruebas, después de
haber leído esto:
“La indignación nacional contra la discriminación racial,
la intolerancia odiosa y la injusticia de la desigualdad de oportunidades es
necesaria para un cambio real. La retórica divisiva debe ser expulsada del
cargo. Necesitamos un presidente que trabaje para sanar a la nación, no para
dividirnos más”.
Estas son declaraciones de ayer, de John Brennan, nada más y
nada menos del que fue Director de la CIA hasta 2017, que fue un asesor
estrella de Obama, Obama lo convirtió en su mano derecha para muchos asuntos, el
que declaró cuando Trump lo despidió, que “mis principios valen mucho más… no
cederé” y dicho todo esto, hay que ir a un punto muy importante.
Cuando Trump comenzó a insinuar que la investigación del Russiagate
se podía voltear y convertirse en Obamagate, Trump estaba no solo poniendo el
dedo en la llaga, estaba anunciando la guerra, la ofensiva final, donde no solo
está metido Obama hasta las narices, también están metidos ciertos sectores del
Departamento de Estado, del FBI y de la CIA, o sea, más Deep State que esto,
imposible, vayan a mi video donde explico lo que es Deep State y comprenderán
mejor a que me refiero.
Este paso que dio Donald Trump es tan serio, que hace 2
semanas publiqué un video, el título es “Russiagate, Obamagate,
“DeepStateGate”: la conspiración del orden único globalista”, si escuchan ese
video comprenderán perfectamente que el Deep State está detrás de esta “Operación
Caos” en los EE.UU., y se darán cuenta que no se trata de alguien en especial, no
es Obama, no es Soros, se trata de todo un sistema de Deep States porque no
solo está el de los EE.UU., seguramente está el de China, y el que sostiene a
la Unión Europea, y seguramente están poderes y superpoderes globales, poderes
sin fronteras, de los cuales George Soros, es una muestra, pero no es el único,
mucho menos el jefe.
Amigos y seguidores antes de despedirme deseo hacerles una
invitación, que tiene que ver con un hilo de tuits Jessika González
Muchas respuestas al distópico presente están en el
pasado. Gracias por compartir la investigación! (Jessika).
Gracias Jessika, pero el fascismo no es pasado, vive en
Argentina en la constelación peronista, y en algún momento explicaré que no se
pueden entender las agendas globalistas, sin comprender las dos naturalezas del
fascismo: la irracional y la totalitaria.
El régimen "un país, dos sistemas" de China, es
esencialmente fascista, con su "aggiornamento"
tecnológico-consumístico de control social.
El mismo chavismo, es increíblemente fascista, al ser una
forma de transición al comunismo versátil.
La misma agenda globalista, contiene incluso elementos
nazistas, con su condena cultural e histórica a la civilización del
"hombre blanco" y su "supremacismo" (solo hay inversión de
términos).
En fin, hay mucho que explicar, por eso lo hago por etapas,
secuenciales y progresivas.
Por último, y para conectar con la actualidad noticiosa,
el nuevo foquismo "Antifa-Anarquista" de servicio a las élites de la
dominación globalista, es molecularmente fascista y racista. El objetivo común,
siempre es en contra de la civilización occidental.
Con todo esto que les quiero decir: que hay que conocer al
enemigo para poder enfrentarlo, y no se puede conocer al enemigo, nunca
podremos entender realmente la naturaleza del enemigo, si no entendemos lo que
es el fascismo, por lo tanto mi invitación es a que se tomen un tiempito para
ver mi video anterior “Fascismo y Nazismo, los Socialismos Nacionales: Todo el
Totalitarismo es de izquierda”, y es muy importante que lo vean y lo procesen
porque cuando finalmente aborde el tema de las agendas globalistas de
dominación, será indispensable que tengan claro lo que es fascismo, y nazismo,
para entender muchas cosas que les voy a explicar, ¿porque? por que el objetivo
final del nuevo orden mundial y su gobierno mundial es totalitario, y es
imposible comprender al totalitarismo solo desde el comunismo, es indispensable
comprender a su hermano del alma, a su hermano siamés: el fascismo.
@FBoccanera y @APintegra
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