Usurpar el Verbo
Hoy después de hacer un seguimiento extenso de las manifestaciones en Berlín, no me queda duda de que tomamos la autopista hacia la fase delirante (por el canal de alta velocidad).
En la fase delirante DEBE suceder de todo, deben estallar los caminos y los mapas.
Desde hace un tiempo he venido señalando algunos signos que preanuncian su llegada (que aún no sé si es inminente).
“Cuando en el primer mundo comienzan a pasar cosas del tercero”
Bueno, esto ya empezó, pero cuidado, desde hace tiempo son del tercer mundo, los medios y los periodistas de todos los países (en un 99,9%).
Verdadero momento representativo de que la fase delirante se asoma con timidez cada vez menor, es la oleada de rumores sobre un eventual golpe de Estado militar, en Italia.
(y desde hace meses en Francia)
Y más delirantes que los mismos rumores de golpe, son los “analistas” que, en vez de explicar la operación psicológica, cabalgan al absurdo de “analizar sus posibilidades” (agregan ruido).
Es delirante este “mundo al revés”, donde fascistas perfectamente logrados (“nosotros los buenos”), acusan de fascismo a todo el resto.
(En realidad esto es nazismo, por su pulsión purificadora hacia el exterminio).
Donde las campañas y las leyes “contra el odio”, son el destilado más puro y embriagado de odio.
Ciencia, medios y gobiernos afirmando de todo y lo contrario de todo, impulsando y tomando medidas mareantes, a contrapelo de la lógica más elemental.
La contradicción, es la onda portadora de todos los ruidos que emite el globalismo.
Si, se trata de ruido, de ruido como “estado del arte”, y en la fase delirante podríamos quedar aislados en más de un sentido, todo podría quedar sumergido por una tormenta de ruido enajenante.
De todos modos y desde hace años, a vastos sectores de la población (de todas las clases sociales) nada “les hace ruido”, pero no se trata de sordera por sensores descompuestos, se trata del “hackeo” de sus procesadores.
Hace años afirmaba que para demasiados venezolanos, lo obvio es opcional y el sentido común una opinión más.
Me equivoqué: esos venezolanos solo anticipaban la fase delirante universal.
La vetusta “lógica”, el arcaico “sentido común”, la obsoleta “sensatez”, el anticuado “principio de precaución”, claridad, coherencia, orden…
Esas son cosas del fascismo.
Es delirante también el “mundo sin fronteras” de los cautivos de este laberinto, incapaces de percibir la construcción acelerada de la cárcel panóptica perfecta, y esa sí, sin fronteras sin límites.
Se busca la supresión del pensamiento a secas, no solo del pensamiento crítico (desterrado hace años de la educación), y esta supresión pasa por el reemplazo del conocimiento, por información algorítmicamente empaquetada.
Hay un algoritmo que genera una falsa dialéctica “liberalismo-comunismo”, falsa en todo su recorrido pero que sirve para generar una falsa síntesis, que no debe ser otra cosa que el “Gran Reset”.
Lo mismo aplica con “izquierda-derecha”, “ciencia-religión”, “fe-razón”, “hombre-mujer”, “blancos-negros”, “pro-vax – no-vax”, todas falsas dialécticas que deben llevar a una síntesis igualmente equivocada cuando no perversa, de destrucción mutua.
Sobre todo si mediante una operación de polarización, la destrucción se inocula como conflicto en el pueblo, abajo entre la gente donde el “divide et impera” sirve desde hace una eternidad, para evitar esa guerra abajo-arriba pesadilla del poder.
Información, instrucciones, algoritmos, la “softwerización” del humano condenado a ser hardware automatizable, incapaz de toda forma de autonomía.
Y no hace falta mucha inteligencia…
No hace falta que la inteligencia artificial supere a la humana, para dominar sobre sociedades, continentes y el planeta en su totalidad, basta suprimir el factor inteligencia en lo humano.
Algoritmos derivados de “Big Data” para un modelado único de marca única global, instalable en lo “celular”.
(Los “incentivos” que balbucean los liberales del tonto-utilismo, e incluso el darwinismo intrínseco en ellos, quedaron atrás).
El objetivo final de la matrix, no es el de contener todas las secuencias de los procesos dialécticos fraudulentos.
La matrix está para terminar de licuarlo todo, de forma que los dioses modernos puedan moldear su creación.
En esto consiste, “Usurpar el Verbo”.
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