jueves, 8 de febrero de 2018

Venezuela Dominicana (no heroica)


Obama provocó un daño planetario al debilitar las defensas de occidente en todas sus orillas. Revertir esto llevará tiempo, nos hizo perder ocho años y posiblemente nos agregó ocho más para proceder a las reparaciones, algo que no me extrañaría que actúe en la conciencia de la actual administración republicana.

En Latinoamérica, presidentes como Piñera, Kuczynski y Macri, se encuentran en la misma situación de Trump enfrentando una ofensiva interna inagotable, que obedece a un sistema global.

Si logra mantener el crecimiento de la economía y el empleo, Trump logrará reelegirse y solo a partir de ese segundo mandato podríamos asistir al advenimiento de su versión verdaderamente "hemisférica", más allá de toda retórica y acciones de “soft/hard power” de grado menor.

Y una situación no muy distinta a esta, es la que observo en los países latinoamericanos que podrían ayudarnos.

Mientras esta conjunción no genere un verdadero bloque internacional, de alianza atemporal, no circunstancial, un bloque capaz de enfrentarse al enemigo y plantear guerra en todos los frentes, y en los mismos términos que nos aplican (de guerra irrestricta), no habrá consolidación local ni continental de cualquier avance nuestro. Bastará el menor tropiezo para que el retroceso sea nuestro.

Mientras esto no ocurra a una escala geopolítica significativa, y como alianza permanente en el tiempo, a Venezuela no la salva nadie.

El aislamiento internacional del régimen de Maduro es directamente proporcional a la buena compañía que consigue en las transnacionales del mal.

Venezuela en las Américas: de sucursal cubana a frente internacional y de allí a tumor primario regional, no puede ser que solo cuando la metástasis les moleste en el culo, reaccionen los buenos.

Mientras tanto el teatrino venezolano con coreografía dominicana prosigue, función donde la oposición de la “mesa de la unidad democrática” (MUD) no puede hacer nada ni decidir nada. Y hay algo que se pierde de vista en todo esto: para poder operar políticamente, y optar a las prebendas correspondientes dentro del Estado chavista transnacional no basta con "portarse bien", debes obtener el plácet de los socios: Cuba, Vaticano, Rusia, China, etc., ergo, “yanquis go home”.

La razón de la operación mediática de lavado de cara para mostrar que la MUD salió airosa de la negociación, obedece primariamente a que al mismo Estado chavista no le conviene competir electoralmente, con candidaturas depotenciadas o desprestigiadas ante la opinión pública “mainstream” nacional e internacional, la apariencia importa, especialmente cuando se habla de “escorts”, la verdadera vocación de los dirigentes MUD.

El plan Trump, que Rex Tillerson en su reciente gira ha comenzado a exponer, ha mostrado cartas que suponen acciones más allá de la retórica: la oferta de ayuda a los refugiados venezolanos en Colombia, y de abastecer de petróleo al caribe en caso de embargo petrolero a Venezuela, son ofertas que más allá de su factibilidad, muestran un tipo de diplomacia basada en acciones, en una escalada de acciones, y todas muestran un grado de habilidad diplomática, superior al promedio mostrado por EE.UU. en las últimas décadas .

Por ejemplo, EE.UU. “sopesa” destinar recursos a los venezolanos refugiados en Colombia, y esto de llegar a actuarse podría traducirse en un llamado perentorio a los venezolanos para que corran hacia Colombia (ya saben qué hacer, no se equivoquen), de esta forma se estaría enviando un claro mensaje (de amenaza) que Juan Manuel Santos debe haber sentido como una patada en donde ya saben.

¿Qué te parece Santos, esta oleada de oposición en masa, con fuerza testimonial no desmentible y aprovechable por Álvaro Uribe, de paso mantenida por los EE.UU.?

Ensayemos de todos modos un escenario alterno: un triunfo verdaderamente "uribista" en las próximas elecciones, de todos modos podría provocar un vaciado de migración alborotada hacia Colombia y otros países, y un vaciado "narco-bélico" hacia Venezuela, una crisis "resplandeciente" y un conflicto de pronóstico reservado.

Esta diplomacia de businessmen (Trump/Tillerson) la considero una novedad “refrescante”, y habrá que estar atentos a como se desenvuelve, eso sí, no será desplegada a la carrera.

El plan Trump además, ha mostrado que no se desarrollará sin antes obtener el acompañamiento concreto, sólido, de varias naciones latinoamericanas, sin duda no desean pasar como un policía de vecindario que arremete unilateralmente y en solitario.

Además de resultar impensable que los EE.UU. se lancen en solitario, menos aún la Unión Europea accedería a respaldar una acción polarizada norte/sur, por más que se demuestren las manos metidas de China, Rusia e Irán en Venezuela.

La crisis es continental, concierne a todo el continente americano, y países de este continente deberán “sentirse aludidos” y colaborar y aportar en concreto, si realmente desean sacudirse la amenaza.

En el horizonte se vislumbran acciones que demandan una inversión material importante por parte de EE.UU. y su eventual "joint venture" latinoamericana (Trump así lo exigiría), por eso, siempre hablo de que la operación de intervención en Venezuela, hay que saberla VENDER.

Lamentablemente en la oposición MUD no se detecta nada parecido a “grandes negociadores” centrados en el interés nacional (y regional). Fundamentalmente, su dirigencia se encuentra en manos de patoteros de urbanización y otros subproductos sociales de élite, y en manos de buhoneros de baratijas la que anda de comparsa penosa por Miami, Washington o Madrid. En todos los casos estamos en manos de grupos y micro grupos de artesanos alarmantes, que solo destacan por sus apetitos particulares.

Feliz votación.


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