Antes que nada se debe afirmar -nunca está de más
recordarlo- que la situación venezolana es dramática, pero su descripción no me
compete, hay mucho material mediático que refleja debidamente las dimensiones
de la tragedia. Dicho esto, considero que mi aporte debe ser otro pues cada uno
debe asumir una tarea, y como a mí me ha tocado en desgracia tener que conocer
a la clase política venezolana, considero un deber exponer su podredumbre. Para
ponerlo de otro modo, soy un destapador de letrinas y desde hace años mis
lectores pueden confirmar esta vocación.
Sin embargo y ante los acontecimientos políticos de los
últimos días, en este servidor ha sido fuerte la tentación de ponerse a dormir,
como siempre para evadir de algún modo la siniestra repetición de una rutina
maligna, que solo nos ha llevado a la profundización del desastre, pero esta
vez preferí entretenerme con ciertas conjeturas, entre bostezo y bostezo.
Tomemos conciencia de que, aun tratándose de un teatrino con
dos títeres muy bien confeccionados, Nicolás Maduro y Juan Guaidó (los creadores
hicieron bien su trabajo), las funciones hasta ahora han sido descifrables
hasta el aburrimiento, lamentablemente, esto es consecuencia también del hecho
que la empresa teatral sabe que su target, es un público nacional e
internacional distraído y atontado por décadas de desinformación y
manipulación.
Sin embargo, y para poner las cosas en forma un poco más
interesante, a la temporada de este año decidí ponerle un título a cada
capítulo que iba saliendo:
Episodio 1: 23
de enero, la historia se repite como farsa.
Pasemos al tercero.
El pasado 30 de abril, Juan Guaidó amaneció junto a su jefe
Leopoldo López haciendo un llamado nacional a la rebelión cívico-militar, ahora
bien, a estas alturas de la función la pregunta que debemos hacernos es la
siguiente: ¿a quiénes madrugaron realmente?
Ese mismo día, los EE.UU. no se aguantaron, y se aparecen
desnudos por el tablado denunciando que fueron traicionados en una negociación
para sacar a Nicolás Maduro por la vía rápida.
Luego de pasar por la vergüenza, a los “yanquis” no les
queda otra que abalanzarse a recoger el piadoso taparrabo que les lanzan: la
culpa fue de Putin.
Mientras tanto, ese día Leopoldo López se pasea por Caracas
haciendo un tour de embajadas que ejecuta sin contratiempos, solo le faltó
detenerse a comer una arepa o un “perro caliente”, como primer acto de su
campaña en libertad.
López sigue libre bajo cuido de España, lo insólito es que
Guaidó su compañero de rebelión también sigue libre y “callejero”, desde luego
se trata de un intocable, intocable en muchos sentidos.
Primer resultado del primer acto de la función: fuera los
EE.UU., pero también queda fuera cierta oposición no dispuesta a plegarse a
Voluntad Popular, el partido de Guaidó y López, una empresa del “Grupo
Cisneros” que otros dicen que es del “Grupo Polar”, en todo caso, se trata de
grupos que bien podrían llamarse “los grupos de siempre”.
Leopoldo López luego contará que durante su casa por cárcel,
se reunió con muchos generales y oficiales de la fuerza armada para hacer
grabaciones de audio (¿y de video?) entre otras cosas (desde luego no lo dijo
así, pero se sobreentiende). Pero ¿qué significa este mensaje? que no era a
ningún militar a quien quería madrugar (como mensaje indirecto pongan aquí lo
que mejor les plazca, pero solo asomaré que unos días antes, Henrique Capriles,
veterano de mil derrotas pero candidato eterno, insinuaba -con toda la
intención de sabotear- que nada de malo tendría que Maduro fuese
“candidato”).
(Con respecto a López, recordemos siempre que se trata de un
descendiente de “El Libertador”, que es ni más ni menos, el segundo chavista
originario después de Jesucristo, y que su esposa -su Jackie- es
promotora incansable del “con Chávez esto no hubiese pasado”)
Ahora en Noruega -país de grata recordación para La Habana,
las FARC y Juan Manuel Santos- se encuentran negociando por el lado del
régimen, Jorge Rodríguez, el escolta (junto a su hermana) de Leopoldo López
saliendo de su reclusión y fitness center en Ramo Verde, y junto al
escolta (que ahora recuerdo que también es ministro de información) aparece el
gobernador del Estado Miranda, Héctor Rodríguez.
Para que les quede claro, por el lado del “gobierno” tenemos
como negociadores al escolta del futuro candidato del chavismo de oposición y
al candidato “in pectore” del futuro chavismo democrático.
Por el lado de la “oposición” en cambio, es probable que se
encuentren egregios representantes de “partidos de la unidad” que no aceptarán,
al menos sin las debidas compensaciones, la imposición de estos candidatos,
ergo, “hay que negociar”, y es posible que como primera muestra de buena
voluntad por parte del poder, se persiga a los diputados de la Asamblea Nacional
para “martirizarlos”, o sea para oxigenarlos ante una opinión pública que una
vez más, está dando muestras de recelo por sus “representantes”.
Por cierto, Jorge Rodríguez no solo fue el escolta de López
en la primera escala de su viaje hacia la candidatura presidencial, fue también
el que a pocos días de iniciarse la farsa del 23 de enero, expuso a la opinión
pública el video de la reunión “clandestina” entre los tres chiflados: Diosdado
Cabello, el “encapuchado misterioso” (Guaidó) y Roberto Marrero, su chief
of staff.
El Mensaje de Rodríguez ahora queda claro: con Diosdado no,
eso estuvo mal.
Con Marrero el del video, el régimen se ensaña y lo pone
preso, y se ensaña también con el diputado Edgar Zambrano del partido Acción
Democrática (AD), el mismo que el 30 de abril se acercó hasta “la base rebelde”
para dejar constancia que “AD, no se dejará madrugar”.
Ambos “héroes civiles” ahora en reclusión, no son otra cosa
que un nuevo mensaje a Diosdado Cabello*, el único chavista que se encuentra en
campaña electoral desde hace años, y que cuenta supuestamente con maquinaria
propia: el PSUV (Partido Socialista Unido de Venezuela), a diferencia de Jorge
Rodríguez y su hermana, la vicepresidenta Delsy Eloína, a los cuales no les ha
quedado más remedio que improvisar otra agrupación: “Somos Venezuela”.
* el otro receptor del mensaje sin duda es Henry Ramos
Allup, pero no me distraeré con un cadáver insepulto.
Ahora cerremos el telón empapado de sangre y vayamos un poco
más allá de los episodios que faltan.
Todo este teatrino inmundo, expone el problema de la
supuesta “transición venezolana” que no es otro que el diseño de las futuras
elecciones “democráticas”, en donde solo está en juego un nuevo pacto de
consenso entre poderes, para establecer un nuevo reparto dentro del ecosistema
rentista-mafioso del narcoestado minero venezolano, reparto que deberá incluir
la alternabilidad.
Alternabilidad que en Nicaragua ha funcionado
maravillosamente bien, tanto para la “izquierda” como la “derecha” (en
realidad, para los diversos dueños de ese país).
El diseño de esas elecciones debe ser cuidadoso, y ser
aceptable para todas las mafias que concurran a ellas, sobre todo la escogencia
de las candidaturas, la “operación impaciencia” que comencé a describir en el
capítulo anterior, ha cumplido su objetivo, por ahora.
Y digo “por ahora”, porque hay demasiados asuntos
pendientes, por ejemplo ¿cómo queda esa parte de la oposición que le sirvió en
bandeja de plata a Maduro, un candidato de oposición para que pudiese
reelegirse “democráticamente”? ¿y la que “se dobló para no partirse”? ¿y cómo
quedan los que incluso hasta hace pocos días, se dedicaron a promocionar a
Maduro como el “candidato más conveniente”? esta última una jugarreta de
impotencia por parte de Henrique Capriles, que sin duda debe haber enfurecido a
todos los “chavismos democráticos” que lo apuestan todo a la “re-seducción”, o
sea a la operación “Maduro es malo y traidor del legado”, operación de diseño
habanero que deberá concluir exitosamente con su salida del poder, para
permitir la vuelta del “chavismo bueno”, del chavismo del “legado de Chávez”,
ideal al cual todos los partidos deberán apelar para dar cumplimiento a la
indispensable peronización (chavización) de toda la política venezolana, paso
necesario para viabilizar el futuro pacto de reparto del territorio.
¿Y cómo quedará Diosdado Cabello?
Una “pista”.
Guaidó en declaraciones ecuménicas de hace unas pocas horas,
declaraciones que uno no sabe si obedecen a cierta “urgencia noruega” o son
para calmar amenazas que de todos modos llevan días en ascenso térmico, con
extrema generosidad, con subrayada generosidad, reconoce el derecho inmaculado
de todo chavismo, incluso del PSUV, a la vida (electoral), estamos hablando del
partido de Diosdado Cabello.
Recordemos que Cabello fue el primer escolta de Leopoldo
López, si, fue el que lo condujo directo a la cárcel, en 2014.
Como si de una maldición se tratase, en vez de embocar la
salida del laberinto, de nuevo nos encontramos ante el sempiterno desorden
civil (el histórico “bochinche”) que al parecer, el
minotauro militar no desea resolver saliendo a la calle, o tal vez
sabiendo que a “la calle”, por enésima vez la enfriaron, a lo mejor por orden
de ellos mismos.
Espero que mis “fantasías noruegas” hayan resultado
entretenidas.
Federico! Comparto tu teoría, salvo el papel de Cabello, humilde y respetuosamente pienso que la negociación aparte de ser electoral es la entrega de cabello (y por ejemplo El Aissami por decirte uno de tantos) a la justicia internacional por estar inmerso en el narcotráfico, aparte de ser el autor intelectual a vox populi de encarcelamientos de diputados y "lideres opositores" sería demasiado descarado tener como encargado de un partido a un delincuente confeso
ResponderEliminarTu hipótesis es factible, y eso explicaría el "acoso", ahora bien, recuerda siempre que "todos saben las historias de todos", y esa información, también es poder.
EliminarY yo perdiendo el tiempo en Netflix, gracias Boccanera
ResponderEliminarNo apto para leer mientras se come. Provoca indigesta.
ResponderEliminarGracias