miércoles, 17 de junio de 2020

Caos en EEUU: el neofoquismo globalista y del comunismo versátil otra vez en acción


Hace 2 años, en 2018 publiqué un artículo que se titula: “La cocción de los Estados Unidos a término medio”, ese artículo -que más abajo en el texto descriptivo puse el link- era un análisis relacionado con las elecciones “midterm”, las elecciones a mitad de período en los EEUU, pero antes de desarrollar ese tema en el artículo, me fui con un prólogo que se titula “encendiendo la brasa” donde que decía lo siguiente:

Encendiendo la brasa

Estas elecciones ocurren en un momento especial, entendiendo por especial, su alejamiento de la “normalidad” vivida en los EEUU al menos en los últimos 40 años, y que solo los atentados del 11 de septiembre de 2001 tuvieron el suficiente impacto para alterarla.

Cuando hablamos de períodos de normalidad o de paz en los EE.UU. debemos estar atentos porque no siempre la situación ha sido así, en el siglo XIX el país tuvo que enfrentar la carnicería de la guerra de secesión, cuya impronta aún sigue viva en muchos Estados, digan lo que digan, y en el siglo XX ni hablar: apartando las guerras mundiales, se debe reseñar la gran depresión de los años 30 a raíz del crack bursátil de 1929, y desde luego, lo que les tocó vivir en los años sesenta, y en ese período vamos a hacer hincapié porque de algún modo podría repetirse, esta vez como resultado de una dinámica controlada por ciertos factores, que tanto este servidor como Aura Palermo hemos estado estudiando desde hace tiempo, lo cual nos lleva a concluir que podría estar en desarrollo una situación de conflicto interno creciente en donde pareciera que se está haciendo de todo, de lado y lado, para ir hacia una escalation como la de los años sesenta.

¿Recuerdan los años sesenta en los Estados Unidos? si por alguna razón no los recuerdan, los sesenta fueron la década de los asesinatos de John Fitzgerald Kennedy, Malcolm X, Martin Luther King y Robert Kennedy, la década de Bahía de Cochinos, la crisis de los misiles y Vietnam, la de los disturbios raciales no solo en el “Deep South” sino en grandes ciudades como Los Angeles, New York, Chicago, Detroit, fue la época de las “panteras negras” y del black power en todas sus salsas retando al sistema, época de “fresas de la amargura” con rebelión estudiantil y universidades en operativo policial, de liberación femenina y revolución sexual, de contracultura, psicodelia y alucinógenos. En un Estado como California “convivían” Charles Manson, pacifistas, hippies, Ku-Klux-Klan y Black Panthers. En los años sesenta el ejército de los EE.UU. no solo intervino en Vietnam sino en muchas calles de muchas ciudades americanas, y pasó trabajo.

Los años sesenta para muchos “ciudadanos normales”, representaron una “época de fin de mundo” donde todos los valores se iban perdiendo y todo cambiaría para peor, sin embargo, el país aparentemente superó el apocalipsis y ya en la década de los ochenta con Reagan todo parecía un lejano recuerdo. En realidad, las cosas siguieron igual, porque nunca hubo una resolución convincente, definitiva, capaz de superar cierto estado de cosas, solo hubo una tregua, un armisticio, el “American Dream” seguiría siendo una cuenta pendiente en muchos sectores y niveles de la sociedad, que se podían anestesiar aumentando la dosis de consumo y crédito fácil en la ecuación del “American Way of Life”.

Los que creen que los Estados Unidos andan mal, no tienen idea de cuán mal se podría poner la cosa -en términos más que palpables- de seguir la exacerbación de los ánimos en plan de caos políticamente aprovechable, y existe un precedente ominoso en esos años sesenta, y en el país de la guerra de secesión cien años antes, el país de las tensiones internas permanentes (no solo raciales) que forman parte de su historia, que han moldeado su historia.

Hay algo que debería ser tratado con sumo cuidado, y es la cuestión de la guerra que se ha desatado desde toda trinchera contra Donald Trump y las posibles consecuencias que esto podría traer. Sacarlo del poder a como dé lugar, podría desatar demonios que no sabemos si han sido debidamente identificados y ponderados, sobre todo porque la hipótesis de conflicto civil en la sociedad estadounidense no puede ni debe descartarse nunca, menos aún si observamos lo que ha pasado en los últimos años, especialmente a partir de la administración Obama en donde comenzó a hacerse visible una descarada obra de manipulación y polarización.

Esto lo dije hace 2 años, por lo tanto nada de lo que está ocurriendo en los EE.UU. en estos momentos, me sorprende.

Ahora bien, lo que estamos presenciando en los EE.UU. es la activación de un tipo de operación de insurrección política que se llama “foquismo” ¿y qué es el foquismo?

El foquismo es una concepción de guerra asimétrica, de guerra de guerrillas que se propone focalizar el movimiento revolucionario, con el fin de encender y precipitar una insurrección contra el Estado, el foquismo antiguo, el del Che Guevara y Regis Debray, consideraba que las condiciones objetivas para la revolución, o sea las penurias sociales, económicas de la sociedad explotada y sometida, no son suficientes, y que para desatar el incendio en la pradera, hacía falta enfocarse en prender la chispa, que bastaba con encender esa chispa, para que se desatara el incendio revolucionario.

Esta concepción antigua concentraba, focalizaba las condiciones subjetivas, o sea, el grado de conciencia, preparación y organización de los explotados y oprimidos para ir hacia el conflicto revolucionario, y las concentraba en una vanguardia capaz de movilizarse para proveer la chispa necesaria, especialmente en países del tercer mundo donde no se podía contar con un proletariado digno de tal nombre.

Pero el foquismo de los años sesenta, en su ejecución terminó estrellándose por varias razones, y se sumó a los fracasos de la izquierda revolucionaria americana, sobre todo en su enfrentamiento contra un sector de la sociedad y un sector del Estado, en particular las fuerzas del orden y las fuerzas armadas, que formaban un bloque histórico conservador-liberal, que no estaba dispuesto a permitir el comunismo y además estaba dispuesto a combatirlo.

Y eso es lo que aprovechó los EE.UU. durante la guerra fría, para activar sus proxy wars en América latina contra el comunismo, no hacía falta una intervención directa, una invasión, porque los EE.UU. contaban con las fuerzas armadas de Latinoamérica para combatir al comunismo aunque eso implicara golpes de Estado y dictaduras, que de todas maneras quedaban legitimadas porque había un sector importante, nada minoritario en la sociedad, que apoyaba eso.

Ahora bien, ¿por qué hablo de foquismo? porque el pasado noviembre, publiqué otro artículo que se llama  “La nueva teoría foquista de la Patria Grande”, donde analizaba lo que había sucedido en Ecuador, en Chile y en Colombia, y llegaba a la conclusión de que lo que estaba pasando en esos países, es guerra asimétrica contra el Estado, o sea, era foquismo, pero además llegaba a la conclusión de que ese foquismo no era el mismo del che Guevara de los años sesenta, porque había ocurrido un cambio cualitativo en las condiciones subjetivas, y en la correlación de fuerzas.

¿Y cuál es ese cambio? que el bloque histórico conservador, ya no podía contar con la fuerza, o sea con las fuerzas del orden y las fuerzas armadas para defenderse, porque estas instituciones ya no son las mismas de antes por dos razones, por dos razones concatenadas, primero porque habían sido infiltradas por la izquierda, y segundo porque se había impuesto cierta concepción democrática liberal, que promovía la neutralidad ideológica de las fuerzas armadas, y que esa insistencia en tener fuerzas armadas no ideologizadas, en vez de actuar como muro de contención, le facilitó la tarea a la izquierda, primero neutralizando la hostilidad militar hacia la izquierda, y segundo convirtiéndolas en simpatizantes de la izquierda.

Y esto para mí se terminó de ver claramente, en el caso de Chile, donde las fuerzas del orden y las fuerzas armadas de hoy en día, parecen lo opuesto a lo que fueron tradicionalmente, y ya no quedaba nada de esas fuerzas que apoyaron el golpe contra el comunismo de Allende, en 1973.

Pero esa misma neutralización, ese mismo horror de cierto liberalismo, de cierto liberalismo no conservador, hacia la ideologización y el adoctrinamiento, también se aplicó en la sociedad, y en el sistema educativo, y con esto lo que yo denuncié en ese artículo es que cierta concepción liberal se equivocó al no combatir frontalmente la hegemonía cultural que había logrado la izquierda, porque lo que quería era educación, instituciones y fuerzas armadas ideológicamente neutrales.

Sin darse cuenta que la izquierda nunca abandonó la guerra contra la sociedad, que la caída del muro de Berlín nunca significó que la izquierda declarase una tregua, es más, el empeño liberal por la laicidad, por una laicidad extrema, era un favor que le estaban haciendo a la izquierda, por eso hablo siempre de que cierta concepción liberal no conservadora, es la tonta útil de la izquierda, porque promueve el desarme ideológico, frente a un enemigo que nunca soltó las armas, y que siguió planificando la ofensiva final.

Y que nunca abandonó el foquismo como instrumento, solo se dedicó a preparar las condiciones subjetivas y de correlación de fuerzas, para que ese foquismo pudiese actuar con eficacia, y en ese sentido, el “Caracazo”, la revuelta urbana venezolana de 1989, fue como un ensayo, un laboratorio. Y en 2018 vimos como volvió a la vida en Ecuador, Colombia, Chile, que a su vez fueron otros ensayos, otros laboratorios, para lo que estamos viendo ahora en los EE.UU. donde además se aprovechó el encierro social forzado por la pandemia del virus chino, para calentar el terreno, para exacerbar los ánimos, pero no para esto que estamos viendo, sino para posiblemente estimular una confrontación civil a mayor escala.

Ayer en un hilo de tuits que me mandé en respuesta a una seguidora, afirmé que “…el nuevo foquismo "Antifa-Anarquista" de servicio a las élites de la dominación globalista, es molecularmente fascista y racista. El objetivo común, siempre es en contra de la civilización occidental”.

Y quienes están detrás de esto? Nadie, porque están todos, esta es la guerra de un bloque globalista que es tanto de izquierda como neoliberal, donde cierta concepción liberal es la tonta útil, y me refiero a ese tontismo útil que considera que toda derecha es ultraderecha y es fascismo. Y aquí no me refiero a la izquierda, que esa es fácil de identificar, me refiero a ciertos liberales imbecilizados que aunque no son izquierda, consideran que Trump es un bufón, y Bolsonaro también, por cierto prepárense para lo que va a pasar en Brasil.

Y este “neofoquismo” a diferencia del foquismo de guerra fría, es un instrumento de sistemas de poder, que incluso van más allá de sistemas regionales o hemisféricos como el Foro de Sao Paulo, porque aquí hay que hablar de un sistema globalista de elites políticamente correctas, o sea de pensamiento único totalitario, que actúa justamente a escala global, y estas elites han recibido en los últimos tiempos más de un golpe, y todos han sido duros golpes, comenzando con la decisión de Trump de invalidar a la OMS, agencia de la ONU, ¿y que es la ONU? Es el modelo-prototipo globalista de gobierno mundial del nuevo orden mundial,

Eso por un lado, y por el otro tenemos a la agenda del comunismo versátil, o sea China, y su imperialismo sedoso, de nueva ruta de la seda, que se ha visto fuertemente atacado por la administración Trump por todos los flancos, incluyendo su patio, y no me refiero solamente a Hong Kong, por favor, échenle una ojeada a lo que está pasando con el enorme despliegue militar americano en el Mar del Sur de China, para que vean cuan cerca podríamos estar de una escalada bélica, y ese despliegue de los EE.UU. no ha cesado de crecer desde que justamente se desató la pandemia del virus chino ¿casualidad? ¿O será que el gobierno de Trump sabe muchas cosas, sobre las cuales a los comunes mortales nos queda especular?

Señores, Trump, que no sabe echarse para atrás y que también sabe picar adelante,  ha abierto varios frentes de confrontación, que podrían representar guerra abierta en algún momento, y los frentes más notorios son China, la ONU, la guerra comercial contra el globalismo neoliberal, de globalización convertida en una piscina de tiburones donde solo pueden ganar los más fuertes, sobre todo el gran capital y la gran finanza cosmopolita, en otras palabras los sistemas de superpoder, que son los que realmente no tienen fronteras, no tienen país ni nación que les interese defender.

Pero sobre todo Trump ha apuntado y disparado sin miramientos en el frente interno, contra la confederación de fuerzas del Deep State, contra las fuerzas del “pantano” como lo llama el, y cuáles son las más notorias: los medios de comunicación, las redes sociales, en especial Twitter, y el poderoso clan Clinton-Obama, líderes mundiales de la agenda globalista, que a su vez mantiene posiciones importantes dentro del Estado, especialmente en ciertos departamentos y agencias.

Por lo tanto este nuevo foquismo o neofoquismo al servicio del sistema de poder y de superpoder globalista, debe verse como una señal adicional, en el caso de los EE.UU., de que todos se han unido para declararle al guerra a Trump, y esta revuelta social sin duda alguna cuenta con el apoyo del Deep State americano y para eso no necesitaremos buscar más pruebas, después de haber leído esto:

“La indignación nacional contra la discriminación racial, la intolerancia odiosa y la injusticia de la desigualdad de oportunidades es necesaria para un cambio real. La retórica divisiva debe ser expulsada del cargo. Necesitamos un presidente que trabaje para sanar a la nación, no para dividirnos más”.

Estas son declaraciones de ayer, de John Brennan, nada más y nada menos del que fue Director de la CIA hasta 2017, que fue un asesor estrella de Obama, Obama lo convirtió en su mano derecha para muchos asuntos, el que declaró cuando Trump lo despidió, que “mis principios valen mucho más… no cederé” y dicho todo esto, hay que ir a un punto muy importante.

Cuando Trump comenzó a insinuar que la investigación del Russiagate se podía voltear y convertirse en Obamagate, Trump estaba no solo poniendo el dedo en la llaga, estaba anunciando la guerra, la ofensiva final, donde no solo está metido Obama hasta las narices, también están metidos ciertos sectores del Departamento de Estado, del FBI y de la CIA, o sea, más Deep State que esto, imposible, vayan a mi video donde explico lo que es Deep State y comprenderán mejor a que me refiero.

Este paso que dio Donald Trump es tan serio, que hace 2 semanas publiqué un video, el título es “Russiagate, Obamagate, “DeepStateGate”: la conspiración del orden único globalista”, si escuchan ese video comprenderán perfectamente que el Deep State está detrás de esta “Operación Caos” en los EE.UU., y se darán cuenta que no se trata de alguien en especial, no es Obama, no es Soros, se trata de todo un sistema de Deep States porque no solo está el de los EE.UU., seguramente está el de China, y el que sostiene a la Unión Europea, y seguramente están poderes y superpoderes globales, poderes sin fronteras, de los cuales George Soros, es una muestra, pero no es el único, mucho menos el jefe.

Amigos y seguidores antes de despedirme deseo hacerles una invitación, que tiene que ver con un hilo de tuits Jessika González

Muchas respuestas al distópico presente están en el pasado. Gracias por compartir la investigación! (Jessika).

Gracias Jessika, pero el fascismo no es pasado, vive en Argentina en la constelación peronista, y en algún momento explicaré que no se pueden entender las agendas globalistas, sin comprender las dos naturalezas del fascismo: la irracional y la totalitaria.

El régimen "un país, dos sistemas" de China, es esencialmente fascista, con su "aggiornamento" tecnológico-consumístico de control social.
El mismo chavismo, es increíblemente fascista, al ser una forma de transición al comunismo versátil.

La misma agenda globalista, contiene incluso elementos nazistas, con su condena cultural e histórica a la civilización del "hombre blanco" y su "supremacismo" (solo hay inversión de términos).
En fin, hay mucho que explicar, por eso lo hago por etapas, secuenciales y progresivas.

Por último, y para conectar con la actualidad noticiosa, el nuevo foquismo "Antifa-Anarquista" de servicio a las élites de la dominación globalista, es molecularmente fascista y racista. El objetivo común, siempre es en contra de la civilización occidental.

Con todo esto que les quiero decir: que hay que conocer al enemigo para poder enfrentarlo, y no se puede conocer al enemigo, nunca podremos entender realmente la naturaleza del enemigo, si no entendemos lo que es el fascismo, por lo tanto mi invitación es a que se tomen un tiempito para ver mi video anterior “Fascismo y Nazismo, los Socialismos Nacionales: Todo el Totalitarismo es de izquierda”, y es muy importante que lo vean y lo procesen porque cuando finalmente aborde el tema de las agendas globalistas de dominación, será indispensable que tengan claro lo que es fascismo, y nazismo, para entender muchas cosas que les voy a explicar, ¿porque? por que el objetivo final del nuevo orden mundial y su gobierno mundial es totalitario, y es imposible comprender al totalitarismo solo desde el comunismo, es indispensable comprender a su hermano del alma, a su hermano siamés: el fascismo. 

@FBoccanera y @APintegra

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