viernes, 29 de mayo de 2020

Fascismo y Nazismo, los Socialismos Nacionales: Todo el Totalitarismo es de izquierda


Amigos visitantes y seguidores de este apartado rincón del espacio-tiempo cibernético, donde el objetivo principal no es informar, sino poner a pensar para evitar la atrofia de facultades mentales básicas para la supervivencia.

Hoy les voy a hablar de los fascismos, en plural, y al hacerlo estaré englobando tanto al fascismo italiano como el nazismo alemán, estos movimientos tienen sus diferencias que las señalaré, pero constituyen eso que se ha dado en llamar el fascismo, de hecho la forma correcta de clasificar al nazismo es como nazifascismo.

Benito Mussolini, que se llamaba Benito en honor a Benito Juárez, estadista de la revolución mexicana, Mussolini trató de construir un Estado, un Estado convincente y contundente, en una nación que con mucha dificultad lograba darse uno a partir de su unificación hacia solo 60 años atrás, aunque habían transcurrido 400 años desde que Maquiavelo concibiera la necesidad de un Estado sólido y fuerte para regir la suerte de todos los italianos, y la fórmula que encuentra el fascismo, es la fórmula bolchevique, de superponer el partido al Estado cerrando toda posibilidad para la democracia, que para los fascistas no solo era una mala palabra, era el mal.

Esto significa que los italianos al fin se volverían una sola nación no mediante la aceptación racional de un Estado unificador, algo que no lograba excitar ninguna verdadera pasión nacional, sino a través de la adoración a un partido capaz de proporcionar emociones fuertes, emociones plenas, incluyendo las emociones bajas, inciviles, vulgares, que gustan tanto al pueblo, por lo tanto la relación de los italianos con su nación no sería de afecto o estima por sus instituciones, sino pasión desenfrenada por un partido demiurgo, y por su chamán o mesías, aunque Mussolini tenía su título: “Il Duce”, “Duce”  significa ductor, conductor.

El Estado no excitaba a nadie, pero el partido si, esa es la clave pasional que Mussolini logra encontrar, y una vez más, no es un invento de él, es una clave humana ancestral, que indica que el proceso de materialización de un ideal cosmológico, se debe activar a través de su encarnación en una persona, capaz de transmutarlo. El cristianismo antes de Cristo era un judaísmo sectario buscando un Mesías, mientras tanto se contentaban con profetas, pero lo buscaban, lo esperaban, porque sin cuerpo y sangre no hay buena nueva ni redención.

Los italianos en cambio no andaban buscando ni siquiera eso, en la Italia decepcionada, frustrada y engañada por falsas promesas, que sale de la primera guerra mundial. Sin embargo aparece Mussolini, y de inmediato aplica el único lenguaje capaz, en esa Italia tensamente deprimida, de espantar al enemigo y sacudir a los amigos: el lenguaje de la violencia.

Quería hacerles esta descripción porque no se pueden entender los fascismos sin su componente emocional, pasional, irracional, más allá de la ideología que elijamos estamparle a esos movimientos, que promueven como no, ideas, ideales, programas, planes y proyectos, pero que sobre todo son magos capaces de excitar a escala nacional un sentimiento de masa que algunos llaman primitivo, mientras que otros, con mayor precisión, lo clasifican como propio del animal humano, y de su animalidad social, y también de su animalidad política.

Cualquier intento de definición de los fascismos debe tomar en cuenta este componente irracional, de fervor colectivo, y la definición también debe incluir el otro componente irracional, la violencia, si hay algo que caracteriza a los fascismos es la violencia pero no porque hay que usarla porque no hay más remedio, en los fascismos la violencia es expresión de virtud, por lo tanto si produce goce, regocijo, no está mal, la índole violenta debe formar parte del ser fascista, que debe ser un guerrero.

Los fascismos activan un circuito emotivo en donde el líder y la masa se necesitan mutuamente, y se identifican mutuamente, y refuerzan este circuito psíquico más allá de la mera demagogia populista, porque más que de un enamoramiento, un enamoramiento pasional, se debe hablar de un trance, de un Estado hipnótico masivo, donde el líder puede llevar a la masa a su autodestrucción, sin que la razón pueda hacer algo al respecto. En ese sentido ese “con hambre y desempleo con Chávez me resteo”, “Con Chávez todo, sin Chávez nada”, o ese “ahora tenemos patria”, son lemas tan fascistas como comunistas, porque en eso no hay contradicción y ya me explicaré, pero vayamos de entrada a una definición, para comenzar con un marco preciso.

El fascismo es absolutismo de Estado, que gobierna en forma totalitaria a una sociedad, que debe ser militarizada tanto en sus estructuras como en su cultura, y esta militarización por su naturaleza abarca también la glorificación de la fuerza, la valentía, la disciplina, la disposición al sacrificio, el espíritu de cuerpo, de un solo cuerpo colectivo sustituyendo totalmente a todo individualismo y todo egoísmo.

Y esta militarización se extiende a la modalidad política y económica de gobierno que aplica una doctrina, el corporativismo, transformado por el fascismo en método para organizar, disciplinar y jerarquizar a la sociedad en divisiones y brigadas, a las que se asignan tareas específicas para construir una civilización de combate, y este combate debe darse en el individuo y en la sociedad, donde el ser fascista y la sociedad fascista deben derrotar al yo burgués y a la sociedad burguesa, y la nación entera debe prepararse para un plan de conquista, sin límite de tiempo, de lo que debe ser un espacio vital que le toca por historia, pero que debe reconquistarse a través del mérito de la guerra.

Y ahora vayamos al punto importante, la otra naturaleza de los fascismos que es la naturaleza socialista, el fascismo italiano y el nazismo alemán fueron socialistas, a pesar de que hay ciertas semejanzas con la derecha, sobre todo con la derecha de aquella época, la de hoy en día es otra cosa, bien, vayamos con orden describiendo las características más notables del fascismo…

Comencemos por el anticomunismo, los fascismos al igual que la derecha son antiliberales, pero ojo, también el comunismo es antiliberal, pero además el fascismo se declara “anticomunista”, aunque eso no impidió el pacto germano-soviético de 1939, que se firmó una semana antes del estallido de la segunda guerra mundial, ni impidió que dos investigadores italianos descubrieran recientemente en los Archivos Nacionales de Washington, en las minutas del Gabinete de Guerra Británico, y en los diarios de diplomáticos italianos de la época, que al parecer la Unión Soviética y las potencias del eje, Alemania, Italia y Japón, estuviesen, por detrás de esa escenografía que los mostraba como visiones antagónicas del mundo, estuviesen dialogando para conformar un bloque euroasiático para destruir al enemigo común: la sociedad liberal-burguesa de Occidente.

Además, se sabe que Mussolini trató con Stalin, en la intimidad, Mussolini confesaba que su modelo no era Adolf Hitler sino Josef Stalin, y se sabe también que esa admiración también la compartía Hitler, de hecho al ser entrevistado por Hermann Rauschning para el libro “Hitler me dijo” declara: "Hay más cosas que nos unen al bolchevismo de las que nos separan de él. Hay, sobre todo, sentimiento genuino y revolucionario, que está vivo en cualquier parte de Rusia excepto donde hay Marxistas judíos. Siempre he tenido en cuenta esta circunstancia y he dado órdenes de que los ex comunistas deben ser admitidos en el partido de inmediato. El pequeño burgués socialdemócrata y el jefe sindical nunca harán un nacionalsocialista, pero los comunistas siempre".

Bueno, la historia nos dice que los fascismos eran anticomunistas, y esto es cierto a nivel público, y oficial, así que acatemos lo público y notorio, además, no hay duda que el anticomunismo de los fascismos fue una clave “simpática” que facilitó el ascenso al poder, pero no fue la única, y la complejidad, aun hoy en día polémica, que rodea la llegada al poder tanto de Mussolini como de Hitler, no es algo que abordaré en este video, así que sigamos con otra característica, muy importante, de los fascismos…

El otro desprecio fuerte de los fascismos, el desprecio realmente intenso, es hacia al liberalismo, y todo lo que representa el cosmos liberal, por lo tanto, hay desprecio hacia el individualismo, la burguesía, y por supuesto, hacia la democracia liberal y sus instituciones, para los fascistas “liberalismo”, “individualismo”, “burguesía” y “democracia” eran malas palabras, las usaban para burlarse, como si fuesen una descalificación.

Y en lo que concierne el rechazo hacia la “democracia” y su diversidad política, hay desde luego una semejanza con todas las dictaduras, incluyendo las de derecha, que practican la persecución sistemática de la disidencia política, aunque en algunas dictaduras de derecha hay que decir que se toleraba cierta variedad política, siempre y cuando fuese inofensiva o aliada. Desde luego hay otras coincidencias con las dictaduras, con los autoritarismos, incluyendo los de derecha, por ejemplo, el énfasis en imponer el orden público y el orden interno, el orden político, pero siempre hay que recordar que esto también pasó con muchas dictaduras de izquierda, lo que pasa es que las dictaduras de izquierda siempre tienden al totalitarismo, o enfilan hacia el totalitarismo, tal como pasó con los fascismos.

 Y aquí habría que recalcar algo, porque efectivamente hay semejanza entre dictadura de derecha y régimen fascista, y es aquí donde se debe subrayar, resaltar, una diferencia esencial, y es que los regímenes de derecha no pueden ser totalitarios, porque se asientan sobre una hegemonía cultural preexistente, la tradicional, y la conservan, no pretenden transformarla, más bien intentan consolidarla y defenderla, más bien, lo que no desean es actividad política contraria a ese cosmos, cuidado, eso no significa que sean apolíticos o antipolíticos, pero no voy a meterme en ese tema.

Las dictaduras de derecha consideran que la conservación se logra desactivando la política conflictiva, el “pluralismo agonista”, y como ven en eso subversión, un atentado contra el orden público e interno, lo combaten, por eso les viene bien el individualismo, incluso el individualismo liberal, de dejar hacer, dejar pasar: que cada quien se ocupe de su vida, sus asuntos, y forme su profesión, su empresa, su hogar, su familia, sin meterse en política, de todos modos, una dictadura de derecha no renuncia a las manifestaciones colectivas pero en ellas el programa político además de la exaltación nacionalista, es la tradición, las costumbres, la conservación.

Por eso los regímenes de derecha no tienen problemas con cierta sociedad civil mientras no haga oposición política, es lo que expliqué en un video anterior cuando describía la diferencia entre dictadura y tiranía, en un dictadura de derecha uno no pertenece al Estado, obedece al Estado, pero no pertenece al Estado como es en el caso del fascismo y de otros socialismos totalitarios, en donde el individuo debe disolverse en un colectivo, que debe depender del Estado, hasta para pensar.

Hay dictaduras de derecha que hasta prescindieron del partido de masas, o mejor dicho, no lo pusieron como centro o base del régimen, lo usaron para crear una confederación clientelar, muchas veces convertida en confederación mafiosa, por cierto, ese un rasgo particular del chavismo, o de Chávez, que parece un rasgo de derecha, si, el de haber usado al partido como un accesorio clientelar, pero sin nunca convertirlo en el núcleo central del poder, MBR200, MVR quinta república, el PSUV… pero esta es una particularidad superficial porque Chávez siempre tuvo su partido, el partido militar, la base de su poder. Y ese partido militar será tutor y socio del Deep State de la futura tiranía de emperador invisible, que se constituirá en Venezuela cuando se vaya Maduro, disculpen este “off topic”.

Bien, y para finalizar las semejanzas con la derecha, ahora en forma general, tanto los fascismos como la derecha, apelan a una espiritualidad superior, para el fascismo era la voluntad de recuperar la fortaleza del imperio romano cuando era único e invicto, para el nazifascismo hay toda una construcción cosmológica de dominio mundial del Tercer Reich, en la derecha, esa espiritualidad es religiosa y también hay una construcción cosmológica que es la civilización, que engloba las construcciones de la tradición, las costumbres y el orden.

Y dicho esto, hay que decir que la principal crítica de los fascismos contra el marxismo está en el rechazo del materialismo científico, que realmente se extiende hacia toda la tradición racionalista, los fascistas, especialmente Mussolini, critican que la historia solo pueda explicarse objetivamente, mediante un proceso dialéctico ligado al modo de producción y las relaciones y estructuras que determina. A Mussolini le fabricaron una imagen teatral de payaso, cuando en realidad, y basta leerlo, era un intelectual muy bien amueblado, esa idea de que el fascismo era un mazacote es propaganda. Bien, sigamos, y vayamos, ahora sí, a la cuestión del socialismo fascista.

“El fascismo es la forma nacional del socialismo” lo afirma categóricamente el filósofo español Gabriel Albiac, pero lo decía también Mussolini, el socialista Mussolini que antes de ser “Il Duce” llego a ser el director del órgano de prensa del partido socialista italiano, el diario “Avanti”, y Mussolini es un socialista terco, tan terco que cuando lo derrocan en 1943 y forma nuevo gobierno en el norte de Italia, en ese pedazo de país constituyó la “república social italiana”, y Hitler, líder del partido nacional socialista alemán, nacional socialista, que siempre se declaró, al igual que el partido fascista, un movimiento revolucionario, Hitler en la entrevista que ya cité antes, declaró: “mi socialismo consiste en considerar que la revolución no puede estar nunca terminada, somos movimiento, somos la revolución perpetua”.

Y en la obra de gobierno, los fascismos son prácticamente idénticos al socialismo reformista, no comunista, que ya les describí en un video anterior, salvo, en la supresión de la democracia, por lo tanto, no hay abolición de la propiedad privada, ni abolición de la economía privada, pero si hay formas de capitalismo de Estado socialista que planifican, controlan y dirigen la economía, que controlan la inversión, controlan el mercado, regulan al mercado pero no lo suprimen, así como no se suprime la inversión privada.

Y vuelvo a citar a Hitler tomado siempre del mismo libro: “déjenlos poseer tierras o fábricas tanto como les plazca. El factor decisivo es que el Estado, a través del Partido, es supremo sobre ellos independientemente de si son propietarios o trabajadores. Todo eso no es esencial, nuestro socialismo va mucho más profundo. Establece una relación del individuo para el Estado, la comunidad nacional. ¿Por qué vamos a complicarnos socializando bancos y fábricas? Socializamos a los seres humanos”.

Y los fascismos también son ejemplarmente socialistas en sostener un Estado social, de bienestar, un Estado asistencial en salud y educación, con su previsión social, su sistema de pensiones, eso si, la educación es totalitaria, ideologizada y adoctrinante, en grado sofocante. Tanto Mussolini como Hitler inicialmente se montan sobre la hegemonía cultural imperante, no desmontan de inmediato la tradición, Mussolini no abolió la monarquía y pactó con la iglesia católica, recuerden que el fascismo no promueve la lucha de clases, no promueve ninguna lucha social, son socialistas no marxistas PERO ese respeto inicial de la tradición cambió prontamente, porque Mussolini desea crear el hombre nuevo fascista, el “hombre colectivo”, y Hitler es incluso más ambicioso y desea lograr “el superhombre”, restableciendo la raza superior, la raza aria. Ambos, necesitan crear una sociedad guerrera con una raza de guerreros, todo debe estar dispuesto para la guerra, tanto la nacional como la internacional.

Ahora bien este fuerte acento racista y antisemita, de base más mitológica que ideológica, es una de las diferencias entre fascismo italiano y nazismo alemán, cuando uno consulta las tesis ideológicas del fascismo italiano en 1932, o sea, un año antes de la llegada de los nazis al poder, uno encuentra racismo, de todos modos incomparable con el racismo nazi, pero no hay nada contra los judíos, aunque luego Mussolini también adoptaría las mismas leyes raciales del nazismo en 1938, sin aplicar una política de exterminio, sino más bien la de obligar a los judíos a emigrar a países neutrales, y esto ocurre, 16 años después de su llegada al poder, y este es un indicio, al cual se le han dado varias interpretaciones.

Aunque y desde luego, el que diga que las leyes raciales de Mussolini fuesen ligeras, se equivoca feamente, por lo tanto la participación del fascismo italiano en una política de terror social, la cual por estar dirigida solamente hacia los judíos, no deja de ser terror de Estado, es un hecho, y quienes opinan que Mussolini por algo se tardó 16 años en aplicar leyes raciales, yo creo que ignoran que tanto en el socialismo fascista italiano como en el socialismo comunista soviético, hubo gradualidades, a distintas velocidades, pero hubo transitoriedad, recuerden que eso está previsto por el marxismo, cuando pone al comunismo como objetivo final, de una larga ruta intermedia de transición, que es el socialismo.

 Y hablando de gradualidad, de Estado transitorio, que Mussolini se abstuviera de abolir la monarquía, puede verse como algo que entra dentro de esta lógica, ¿Por qué Mussolini no se va de una a la república? Primero, porque justamente vino de la monarquía la cesión de legitimidad que será resolutiva y decisiva para el fascismo, y sobre esa cesión de legitimidad Mussolini construye su transición, de hecho el fascismo por un tiempo, de alguna forma juega con una simulación de la dictadura romana, necesaria para un momento excepcional, para evitar el caos, de todos modos, la capacidad del rey Vittorio Emanuele III de interferir, era nula de facto, por correlación de fuerzas, y por su propia decisión personal: el rey nunca fue un obstáculo para Mussolini.

Pero sigamos, el fascismo, que llegó al poder 11 años antes que Hitler, se caracteriza sobre todo por la adopción de una doctrina político-económica que se llama corporativismo, cuyo objetivo es suprimir los conflictos entre el capital y el trabajo imponiendo un control inflexible por parte del Estado. Por lo tanto, hay sindicatos pero uno solo para cada categoría profesional, y lo mismo pasa con las organizaciones empresariales, hay una por cada sector productivo, en el fascismo, al igual que en el socialismo reformista, las clases sociales deben colaborar a favor del colectivo nacional, de la armonía social, solo que el pacto social no se establece por consenso sino por una imposición dirigida por el Estado, en modo militar.

Por cierto el corporativismo, deriva de una concepción católica que se comenzó a teorizar y difundir a partir de la encíclica Rerum Novarum del Papa León XIII en 1891, en donde se aborda la cuestión social, y se enfrenta una crítica social creciente tanto del liberalismo como del comunismo, esta encíclica será la base de la “doctrina social de la iglesia” de la cual derivará el socialismo cristiano y la democracia cristiana, pero también esta encíclica relanza la idea del corporativismo, que no es una novedad, tiene su pasado sobre todo medieval.

Y este corporativismo propuesto por la iglesia en esa época, planteaba un modelo de pacto social, para mediar entre una clase trabajadora a riesgo de caer seducida por el comunismo, y una clase empresarial, liberal, que aún aplicaba un régimen de explotación típico de la revolución industrial, con pocas o muy pocas mejoras. Por lo tanto esta encíclica está en la base tanto del pacto social consensuado del socialismo democrático, como del pacto social hegemónico del socialismo fascista, el pacto del fascismo es la resolución de un Estado que lo debe contener todo, por eso digo que el fascismo ejecuta socialismo reformista, pero lo hace en el modo totalitario, propio del socialismo comunista.

Señores, el corporativismo fue adoptado por igual, tanto por el catolicismo como el fascismo, ambos, iglesia católica y fascismo, eran en ese momento anticomunistas y antiliberales, y por lo tanto no se puede negar que ambos compartían un componente socialista determinado por las circunstancias de esa época, y esta es la clave política importante de los acuerdos que se dieron entre el Vaticano y los Estados fascistas.

Ahora bien, superado este punto vayamos a lo que fue la ejecutoria de gobierno del régimen nazi fascista, hay corporativismo, pero lo que realmente distingue su ejecución es que estuvo obsesivamente enfocada en crear una economía de guerra, en forma integral, urgente, sin transición gradual, y totalmente orientada hacia el rearme acelerado, esta es otra diferencia con el fascismo italiano que si tuvo su orientación bélica, sobre todo para reactivar el colonialismo romano en África, pero esta no es la nota dominante, fue importante pero no dominante, de hecho la preparación que mostró Italia cuando entró a la segunda guerra mundial, es ridícula, si se compara con Alemania.

En la Alemania nazi toda la política económica, salarial, laboral, industrial está dirigida hacia la guerra, las demandas sociales pasan a segundo plano, se prohíbe el despido, pero se prohíbe la huelga, desde luego en una economía de guerra la industria es crucial y Hitler la fortalece, pero siempre controlándola férreamente, y orientándola hacia un proceso de concentración industrial que desde luego favoreció a las grandes empresas, a la gran industria alemana le fue bien, muy bien, pero no tenía libertad.

Ahora bien, hagamos un resumen, cuáles son los rasgos en común de los fascismos: primero, Estado social de distribución de la riqueza mediante distribución de bienestar, con las fallas clásicas del socialismo, segundo, intervencionismo no solo económico pero en todos los ámbitos, por lo tanto, atrofia estatal totalitaria, tres, corporativismo como instrumento de pacto social y para militarizar a la sociedad.

Y hay algo que es típico de ciertos fascismos y socialismos: es el “nacionalsindicalismo”, la instrumentación de los sindicatos, más allá del pacto social, para crear un aparato clientelar, de mafias y pandillas dedicadas a la extorsión, la rapiña, la delación, y el control social, en otras palabras, dedicadas al gansterismo político, son como los colectivos chavistas pero bastante más serios, digo esto solo para que se hagan una idea.

Por cierto al nacionalsindicalismo en España se le denomina falangismo y está relacionado con los “sindicatos verticales” del franquismo, y en Argentina, gracias al fascismo peronista hay tradición al respecto: son los “navajeros peronistas” de una época y actualmente los “piqueteros”, el matón Luis D'Elía es un típico representante moderno, actualizado, del nacionalsindicalismo fascista del peronismo argentino.

Bueno, vayamos aterrizando, el fascismo es socialismo porque es de izquierda, el fascista habla como socialista, camina como socialista, piensa como socialista, huele a socialista por donde pase… el fascista es socialista porque pertenece a la hermandad de los que rechazan al mundo y desean cambiarlo profundamente. Señores, la derecha no rechaza al mundo, no lo desprecia, desea conservar todo lo que tiene de bueno, y mejorar lo que se puede y deba mejorar, pero no rechaza ni desprecia al mundo ni quiere desecharlo como lo desea la izquierda de los socialismos tanto comunistas como fascistas.

Y es que al fin y al cabo, los regímenes soviéticos, y de sus países satélites, comenzando por el castrista de Cuba, y el régimen chino, incluyendo el comunismo versátil después de Mao, son regímenes fascistas, el uso que hacían o que hacen del miedo, de la violencia y de la propaganda y la supresión de toda libertad colectiva e individual hasta lo más íntimo del ser humano, es fascismo, y aquí lo que habría que entender es que el término que engloba tanto al socialismo fascista como al socialismo comunista es totalitarismo.

Y llegado a este punto, en donde solo se puede hablar de tiranías, las supuestas diferencias entre estos monstruos, quedan para la discusión académica, la cual respeto, pero en términos de lo que debemos estar claros, nosotros los ciudadanos, es que los totalitarismos no pueden ser de derecha, porque los totalitarismos pretenden cambiar profundamente a las sociedades y al hombre, y crear un nuevo cosmos, por lo tanto, son lo más opuesto al conservadurismo que uno se pueda imaginar.

Y esto se puede resumir en forma aún más simple, en boca de los fascistas y de los comunistas siempre está presente la palabra “revolución”, palabra que nunca, nunca encontrarán en el vocabulario de la derecha.

Así que muy buen trabajo hizo la izquierda al meternos esa estafa de que el fascismo es de derecha, y tuvo tal éxito que hasta el día de hoy, lo común, lo usual, es asociar al fascismo con la derecha.

Ahora bien dicho esto, de todos modos hay que tratar el tema de las objeciones, de que el fascismo no es socialismo porque no es internacionalista y la objeción de Hannah Arendt y sus fieles, de que el fascismo no fue totalitario.

Antes que nada tengo la impresión de que quienes razonan así, razonan como socialistas, creo que se han dejado atrapar por una diatriba entre socialistas, que siempre son interminables, y que tiene su larga historia sobre todo a partir de la “Tercera Internacional Socialista”, la “Comintern”, otra historia de pasión, intriga y suspenso, que les comenté en el video anterior, y que una vez más no les voy a contar por razones de tiempo.

Se dice que el fascismo no es socialismo porque supuestamente es nacionalista, o sea, no es internacionalista, pero el nacionalismo fascista nunca significó aislacionismo ni autarquía política, el fascismo tiene una concepción internacionalista bélica, diferente del internacionalismo neutral o pacifista del socialismo, pero es una posición internacionalista, ligada al “futuro y desarrollo de la humanidad” al igual que en el socialismo, y esa posición Mussolini la expresa, con la contundencia que lo caracterizaba, en su posición con respecto a la paz entre las naciones, y lo voy a citar directamente: “En primer lugar, el fascismo, en lo que respecta en general, al futuro y al desarrollo de la humanidad […] no cree en la posibilidad o utilidad de la paz perpetua. Por lo tanto, rechaza el pacifismo que esconde una renuncia a la lucha y la cobardía frente al sacrificio. Solo la guerra lleva todas las energías humanas al máximo de la tensión y otorga un sello de nobleza a los pueblos que tienen la virtud de enfrentarla”.

Y cómo negar ese internacionalismo fascista bélico cuando Italia y Alemania, se unen en un “pacto de acero” para ir a esa guerra internacional que, tanto para Mussolini como Hitler, era un proceso virtuoso que otorgaba energía, fuerza y nobleza a la humanidad.

Mas bien el internacionalismo bélico del fascismo es menos hipócrita del internacionalismo neutral y pacifista del socialismo comunista, porque al fin y al cabo el socialismo comunista también fomentaba la guerra, la guerra civil contra el Estado burgués dentro de cada nación ¿es que acaso la propuesta de revolución comunista no es una guerra? ¿Preguntemos a cualquier pueblo del mundo que haya tenido que sufrir las consecuencias del internacionalismo pacifista del socialismo comunista, si lo que vivieron no fue una guerra? pero el socialista comunista siempre habla de paz, usan la palabra paz a cada rato, esa es hipocresía de propaganda…

Además yo no sé cómo se puede negar el hecho de que el fascismo prende a nivel internacional, y se manifiesta en el surgimiento de partidos fascistas en muchísimos países, y frente a esos movimientos, se manifiesta una voluntad organizadora por parte del fascismo italiano, el cual creó en 1933 los “comités de acción por la universalidad de roma”, para crear una suerte de internacional fascista, y un año después esto se materializó en el “congreso fascista internacional de Montreux”, Suiza, en el cual participaron 13 organizaciones fascistas europeas, de Francia, España, Irlanda, Portugal, Dinamarca, Holanda, etc, pero aquí lo importante, es que más allá de esa expresión, de esa intención meditada de organización internacional, fue la internacionalización espontánea que se manifestó en la existencia de partidos fascistas en muchos países, y algunos de ellos fueron exitosos, y llegaron al poder, y la mayoría de ellos fueron colaboracionistas tanto del fascismo italiano como del nazifascismo:

En Austria, el partido “Frente Patriótico”, llegó al poder, pero como eran nacionalistas se opusieron a la anexión alemana y los liquidaron, recuerden que Hitler era austríaco.

En Bélgica, estaba el partido de León Degrelle, un verdadero fascista internacional.

En Grecia el fascismo llegó al poder con el general Metaxas.

En Noruega, estaba el partido “Unión Nacional” de Quisling, que colaboró con la invasión nazi.

En Portugal, el dictador António de Oliveira Salazar, creo el “Estado Nuevo” que es fascista, y que duró 42 años hasta la revolución de los claveles de 1974.

En España está, la “Falange Española” de Primo de Rivera, que luego fue agrupada por el franquismo en el “Movimiento Nacional”.

Y en el Reino Unido, estaba la “Unión Británica de Fascistas”, la de Mosley, en Francia estaba el “Partido Popular” que elaboró doctrina fascista, y fue colaborador de la ocupación nazi, y en el régimen de Vichy, participaron varios partidos y movimientos colaboracionistas, y en Yugoslavia estaba el partido de Ante Pavelic, colaborador del fascismo y de los nazis.

Y esta proliferación fascista internacional también ocurrió en suelo americano, donde de paso se produce uno de sus triunfos más resonantes, en América tenemos el “Movimiento Nacionalsocialista” de Chile, la “Falange Socialista Boliviana”, la “Falange Cubana”, “Acción Integralista” en Brasil, la “Unión Canadiense de Fascistas”, la “Legión de Plata” en los Estados Unidos, las “Camisas Doradas” en México, y como guinda en la torta, hay que poner al peronismo, del cual no se puede negar su fascismo, además fue un protector sistemático de fascistas y nazis, el peronismo es esencialmente fascista, y eso nadie lo puede negar, pero para no alargar mucho este video, y porque necesito avanzar hacia los temas de las agendas globalistas, voy a posponer momentáneamente el tema del peronismo, al cual le dedicaré un video especial.

Bueno ahora vayamos con la objeción de Hannah Arendt de que el fascismo italiano no fue totalitario, pues bien, Arendt en su obra magna “los orígenes del totalitarismo”, considera que el fascismo italiano no fue totalitarismo, por una serie de particularidades: no eliminó la monarquía, pactó con la iglesia católica, pero sobre todo, no aplicó el terror ni el exterminio de masas, y este es un veredicto al que se han opuesto verdaderos estudiosos, estudiosos sistemáticos y profundos del fascismo como Emilio Gentile, uno de los historiadores más importantes de este fenómeno, al cual voy a citar varias veces cuando me vean leyendo.

Gentile, afirma y sustenta que Arendt con respecto al fascismo italiano demuestra tener un escaso conocimiento y cierto menosprecio de su importancia “produciendo malentendidos históricos y confusiones teóricas”, y esto porque Arendt excluye toda una elaboración teórica del concepto de totalitarismo, que hubo desde los años 20 hasta los años 50, que incluye a intelectuales de la talla de Luigi Sturzo, Jacques Maritain y Raymond Aron, que nunca excluyeron al fascismo italiano del totalitarismo.

Además Arendt limita “la esencia del totalitarismo al terror y al exterminio masivo”, y esta definición tan limitada, adicionalmente es objetada por otros estudiosos, como ven no se trata del solo Gentile. Por si fuera poco, Arendt clasifica prácticamente, al fascismo como una dictadura tradicional, lo que lleva a Gentile a sentenciar que “de hecho Arendt muestra poco conocimiento histórico, político, institucional, social y cultural del régimen fascista, al que dedica pocas consideraciones marginales, basadas en datos históricos exiguos, aproximados, de segunda o tercera mano, es decir, tomados de citas de citas, incluso sobre cuestiones de grave importancia”. El link a estos comentarios de Emilio Gentile lo encontrarán más abajo, en el texto descriptivo de este video, y el mismo Emilio Gentile está en varios videos de YouTube, búsquenlo es muy interesante escucharlo.

Bueno, tengo poco que agregar a esto, a lo largo de mis videos creo haber suministrado suficiente información y argumentación sobre el fenómeno totalitario, y sobre los fascismos como totalitarismos íntegros, completos.

Solo recordaré algo que parece anecdótico pero no lo es, y es que durante el fascismo todo debía ser hacerse en modo fascista, desde la forma de vestir hasta la forma de hablar, el fascismo, impuso la eliminación del idioma italiano, de un pronombre personal, el “Lei”, que no solo significa “ella”, porque también se aplica cuando no se debe tutear a alguien, pues bien, el fascismo obliga a sustituir ese pronombre personal “Lei” por “Voi”, que es más directo, más personal, más igualitario, porque usar el “Lei” significaba hablar, y pensar, como un burgués.

Es impresionante como el fascismo cuidaba cada detalle para borrar “lo burgués” del modo de ser italiano, y me van a disculpar, pero eso es totalitarismo puro y duro, hay que recordar siempre la fórmula esencial de Mussolini: “todo dentro del Estado, nada fuera del Estado, nada contra el Estado” es la nación devenida en Estado, donde el individualismo, que para los fascistas siempre es individualismo burgués, se convierte en algo que atenta contra el fascismo, por lo tanto contra el Estado, ergo, la nación.

Y ahora concluyo citando a Giovanni Gentile, no es familia del historiador, Giovanni Gentile, es el filósofo oficial de la ideología fascista, “para el fascista, todo está en el Estado, y nada humano o espiritual existe, mucho menos tiene valor, fuera del Estado. En este sentido, el fascismo es totalitario”. El fascismo esencialmente es absolutismo de Estado pero no por la gracia de Dios sino por la gracia de una “ley superior […] voluntad objetiva que trasciende al individuo particular” y aquí estaba leyendo nuevamente a Gentile, cuando describe al fascismo también, como una concepción “religiosa”.

Bueno, me extendí mucho describiendo a los fascismos porque considero indispensable que se comprendan claramente. No solo porque el fascismo hoy en día es la descalificación más popular, la que usan por igual las tropas del comunismo versátil, y la “gente de bien”, la “gente correcta” que apoya al globalismo, pero no es eso, hay una razón, realmente grave, y es que los verdaderos fascistas, y nazistas, son ellos, eso lo van a entender en algún momento, si me seguirán con los videos.

Bueno amigos, es todo por hoy, esta vez me tardé en aparecer porque me mandé un video triple, que no podía dividirlo en partes, pero nos volveremos a ver pronto, muy pronto… reflexionen procesen bien este video y cuídense, hasta luego.


No hay comentarios:

Publicar un comentario