domingo, 26 de abril de 2020

El drama de la democracia, cuando el pueblo se suicida (parte 1)


Amigos visitantes y seguidores de este apartado rincón del espacio-tiempo cibernético, donde el objetivo principal no es informar, sino poner a pensar para evitar la atrofia de facultades mentales básicas para la supervivencia.

Este video especial dedicado a la democracia, es tan especial que va a tener dos partes, para no hacerlo demasiado largo, y aun así creo que con dos partes me voy a quedar corto, no, no lo creo, estoy seguro, pero bueno, empecemos…

Amigos esta emergencia que vivimos tiene su lado positivo, podemos aprovecharla para reflexionar, por ejemplo, ya sabemos en qué consiste una dictadura, una tiranía, lo aprendimos por las malas ¿pero realmente sabemos en qué consiste la democracia? a mí me asusta cuando escucho a venezolanos decir “que primero debemos salir de esto, y después arreglaremos lo que se tenga que arreglar”, o cuando escucho que la ruta democrática es la única válida para salir de Maduro, porque “el modo como salgamos de esto determinará nuestro futuro”, amigos, estas son invitaciones al callejón sin salida, en este video y en los próximos, espero que terminen de entender esto, pero a mí lo que más me preocupa es que sigamos sin tener una idea clara de lo que significa democracia.

Señores, mientras no aceptemos que la democracia tiene sus bondades pero también tiene sus defectos, y que se debe discutir y discutir sobre esto, nunca estaremos a salvo, porque no puede volver a ocurrir lo que ocurrió en Venezuela, que culpamos a la democracia, que era la única inocente, como si fuese un equipo de fútbol que culpa a la cancha, y se retira del juego, sin entender que al retirarnos de la cancha, de la difícil cancha democrática, habíamos emprendido la ruta hacia nuestra destrucción, y que eso haya justamente sucedido por vía del voto, es una clave que aun está pendiente por ser resuelta…

En la campaña presidencial de 1998, todos sabían que las clases populares, los pobres, votarían masivamente por Chávez, ese aluvión estaba cantado, lo que si no estaba previsto, o no tan previsto, es que la clase media, la preparada, la educada, aportara millón y medio de votos al triunfo de Chávez, y que la noche del 6 de diciembre de 1998, esta clase media celebrara su triunfo como si fuese fin de año, eso fue, no encuentro la palabra… yo vivía en Sabana Grande, un sector típico de clase media, y aun tengo grabada la magnitud histérica de esa celebración, de clase media, estaba presenciando un suicidio colectivo, y aunque carecía de las herramientas de análisis que he adquirido con el tiempo, sabía de todos modos, que eso que veía era un suicidio.

Bien, hoy vamos a hablar de la democracia que es una forma de Estado, pero no tanto para describir lo que formalmente debería ser, sino para hablar del menos malo de los gobiernos como decía Churchill, que de todos modos es malo, pues si, la democracia tiene cosas tan malas que desafían la imposibilidad, porque gobernar permitiendo la libertad siempre será una tarea al borde de lo imposible, sobre todo cuando a la libertad se la absolutiza en una infatuación adolescente despojada de toda gravedad, de toda ley natural, de toda sabiduría, y también cuando a la libertad se la transforma en un disfraz, una escenografía, un carnaval, en fin cualquier cosa que no es…

La libertad, siempre será una farsa, sino surge de un sufrimiento, de una colección de dolores y de luchas, de una privación generosa, de una postergación de la gratificación efímera, que debe ocurrir antes en las almas, no por ostentación de virtud sino por estricta exigencia espiritual.

Bien, que es democracia, la democracia tiene su origen en la antigua Grecia y casi siempre se hace referencia a la ciudad-estado de Atenas, aunque esa no fue la única ciudad-estado griega donde se practicó la democracia, y en realidad el término se usaba en forma despectiva por parte de los opositores a ese sistema, mientras que los simpatizantes de ese sistema más bien usaban otros términos para definirlo, como “isonomía”, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, y “Parresía”, que consiste en la libertad de expresión, de poder decirlo todo, pero eso sí, con franqueza, con la verdad por delante, ahora bien, la democracia ateniense era “directa”, porque las decisiones eran adoptadas por una asamblea general de ciudadanos, sin intermediarios o representantes.

Y en aquella democracia directa ¿quiénes tenían derecho a votar? pues había que ser hombre y haber cumplido con el servicio militar, esto implicaba ser mayor de 20-21 años, y esto implicaba que mujeres y esclavos, estaban excluidos del derecho al voto, por lo tanto ¿de cuál porcentaje de la población estamos hablando? más o menos el 15%, más o menos unas 50.000 personas ¿y cuantos asistían regularmente a esas asambleas? porque 50.000 personas metidas en una asamblea ¡hay que verle la cara! pues bien, se sabe que para poder aprobar ciertas decisiones se necesitaba un quorum mínimo de 6.000 ciudadanos, eso ya nos da una idea de cuantos asistían ¿y qué pasaba con los que no asistían? nada, eso sí, se les consideraba “idiotas”, así los llamaban, o sea “ciudadanos privados” que aun teniendo derechos políticos, optaban por el individualismo, y no se interesaban por los asuntos públicos.

Estamos hablando de una democracia sin separación de poderes, y su punto de fuerza residía más en cierta cohesión social entre ciudadanos y elites, donde había cierto equilibrio entre “privilegio y deber” por parte de las elites y cierto nivel de conciencia ciudadana en los gobernados, en cuanto a los derechos políticos y su importancia, esta cohesión es lo que validó a la democracia ateniense por un tiempo, a pesar de que, efectivamente, no existió realmente el libre acceso por parte de cualquier ciudadano, a las instituciones más altas del poder, esto lo digo porque se ha incurrido en cierta idealización de la democracia ateniense como perfecta y maravillosa, cuando no lo era, Señores, la democracia ha sido difícil, problemática e imperfecta desde siempre, desde su misma invención.

Ahora bien, la democracia ateniense duró poco menos de 3 siglos, y se perdió con los macedonios, más o menos en coincidencia con la muerte de Alejandro Magno, la cual no salvó a los griegos de caer bajo el control de ese imperio. Bien, ahora pasemos rápidamente a la edad moderna, pasemos de una vez a las democracias modernas tal como las conocemos, aunque algunos estudiosos afirman que hubo formas democráticas en algunas ciudades durante la edad media, y hay otros que afirman que la democracia no es una invención occidental, pero no es mi intención detenerme en esto, así que vayamos al punto de la democracia como forma moderna de Estado, la cual es una evolución de los Estados liberales que surgieron, primero de la exitosa revolución americana, la de los EE.UU., y luego de la no tan exitosa revolución francesa.

Estos Estados liberales, estoy hablando de finales del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, se caracterizaban por la división del poder público, en los 3 poderes clásicos, ejecutivo, legislativo, judicial, y en el reconocimiento como derechos del ciudadano, de varias libertades fundamentales, entre las cuales el derecho a la libertad económica y a la propiedad privada, que implicaba también la extensión del principio de la libertad, hasta la esfera no solo colectiva, la esfera de la nación, sino también hasta la esfera del individuo, libres las naciones pero también los individuos.

Esos Estados liberales, hay que decir que nunca respondieron a un modelo uniforme, sino que fueron heterogéneos, porque se constituyeron según el contexto histórico y social de cada sociedad, esos Estados eran “Estados de derecho”, basados en el imperio de la ley aplicado incluso a los monarcas, aplicado a todo ciudadano sin excepción, y en donde una constitución, regulaba todas las relaciones entre los ciudadanos y el Estado (aunque en el Reino Unido no había, no hay, una constitución única como tal, sino un conjunto de estatutos, tratados y tradiciones) pero bueno, aquí lo importante a resaltar es que estos Estados de derecho no eran democráticos, porque en ellos el pueblo no tenía acceso al gobierno y tampoco podía ejercer el derecho al voto en forma universal, en esos Estados votaban los nobles, el clero, los ricos, los propietarios, por lo tanto esos Estados eran Estados elitistas, aunque tuviesen formas de gobierno parlamentarias, tanto en el caso de las repúblicas, como en el caso de las monarquías, que eran monarquías constitucionales.

Ahora bien, estos Estados liberales entraron en crisis con el avance de la revolución industrial, al surgir la clase obrera, los proletarios, que comenzaron a organizarse para protestar y expresar sus reivindicaciones sociales, y laborales, esto comenzó a agudizarse a mediados del siglo XIX y se puede decir que estalló en el siglo XX, de esas crisis del Estado liberal, surgieron en el siglo XX las formas de Estado que hoy día conocemos: el Estado socialista, el Estado totalitario, pero también de estas crisis surgieron los Estados democráticos, sobre todo después de la segunda guerra mundial.

Muy bien, vayamos a lo que siempre me gusta hacer, vamos a consultar el significado de Democracia en el DRAE:

1. Forma de gobierno en la que el poder político es ejercido por los ciudadanos.

3. Doctrina política según la cual la soberanía reside en el pueblo, que ejerce el poder directamente o por medio de representantes.

Bien, estas definiciones, muy esenciales, igual las considero muy satisfactorias, aunque en los libros de texto, en la literatura política, encontrarán que el Estado democrático debe mostrar algunas características fundamentales para poder ser considerado como “democrático”, por ejemplo, en una democracia debe haber pluralismo político, debe haber partidos con ideologías y programas distintos que compiten libremente por el gobierno del Estado, y es posible la alternabilidad en el poder: en otras palabras, la oposición puede acceder al poder, si gana, en unas elecciones donde el sufragio es universal, es decir, para todos los ciudadanos adultos, y tan indispensable como todo esto, lo es la vigencia de un Estado de derecho que garantice todas las libertades civiles, tanto individuales como colectivas, o sea, la libertad individual y la libertad política, me refiero al derecho a la libre expresión individual ¡y en grupo! incluyendo la protesta, el paro, la huelga, porque existe también el derecho a la libre asociación y el derecho de reunión, tanto en espacios privados como en el espacio público, en otras palabras, no se trata solo de democracia social, se trata de democracia civil, democracia política, porque sin todas estas garantías no puede haber verdadera sociedad civil, plural, e independiente del Estado, sin la cual no puede darse la ventilación publica de los conflictos, no puede expresarse lo verdaderamente público, o sea, “lo político” y la consiguiente deliberación por parte de los representantes, y todos estos, son actos tan vitales para la democracia, como el voto universal en elecciones libres, y justas.

Pero sigamos con las definiciones del diccionario sobre los tipos de democracia:

Democracia directa: democracia que se ejerce por el pueblo sin la mediación de representantes, a través de asambleas vecinales, referéndums o iniciativas ciudadanas.

Democracia representativa: democracia que se ejerce a través de representantes surgidos de elecciones libres y periódicas.

Bien, sobre una posible reedición en clave moderna, de la democracia directa, facilitada por posibles herramientas de participación política basadas en la internet, este tema lo trataré cuando hable de los partidos de “gatekeeping”, en particular el caso del partido italiano “movimento 5 stelle”, al respecto debo confesar que sobre la democracia directa electrónica he debido rectificar totalmente mi opinión, pero eso lo haré cuando grabe ese video, ahora prefiero seguir.

Y hay otro tema “democrático” que tratare en otra ocasión, que es el tema de la democracia social y de la democracia popular, que los abordaré cuando trate el tema del Estado social, del Estado socialista, y el tema de los Estados totalitarios, prometo que será pronto…

Bien, después de haber cumplido con esta cuota mínima de presentación formal, vamos a entrar en el tema que me interesa, y me angustia, la democracia como problema, como drama, vamos a tratar el problema de sus patologías: hay varias, el desorden pornográfico, el ciudadano apolítico, la degeneración consumista, los sumisos que solo piden calidad de vida, el victimismo infantil, el tema de la materia prima, seguimos…

El desorden pornográfico, si en la democracia el desorden es pornográfico, porque los conflictos se manifiestan en forma explícita y sin pudor, lo cual es bueno, pero es imposible que lo hagan en orden, y eso es malo, cada quien, individuo o grupo, tiene su problema y se siente libre de exponerlo, y exige que sea resuelto, si es posible con velocidad, no importa que para resolver ese problema antes se tenga que resolver otro mayor, más importante, o indispensable para que el problema de ese ciudadano o grupo sea resuelto después, o como consecuencia directa.

 Es más, ese supuesto problema mayor es visto por los ciudadanos como una excusa por parte del gobierno, y allí como comienza el verdadero problema, que es el de ciudadanos que como no son políticos, y por lo tanto, no les interesa la política, carecen de visión de conjunto, no jerarquizan las prioridades, no logran ponderar las escalas, y tampoco sienten que, como en el metro, “dejar pasar es entrar más rápido”, y eso porque el ciudadano apolítico piensa, que para eso están los políticos, para solucionar, pero ni se les ocurre pensar que parte de ser un ciudadano, consiste en visualizar a la sociedad como un todo, y comprender esa complejidad.

Ahora, si además los políticos resultan ser mediocres este desorden pornográfico se acumula con el tiempo, y termina por hartar a los ciudadanos, los cuales comienzan a pedir “decencia”, en otras palabras, comienzan a pedir un poder que termine con el desorden, con el caos, o sea con el follón… en otras palabras piden un policía que acabe con la exhibición pornográfica.

Señores, la democracia también busca el orden, pero un orden que debería ser construido también por la misma sociedad: por eso no sataniza el conflicto, lo ventila, lo enfrenta y lo resuelve públicamente ¿por qué? porque lo procesa y lo metaboliza precisamente como una manifestación de libertad.

Desde luego, es muy fácil, demasiado fácil criticar a la democracia, sobre todo desde la democracia, hasta que descubrimos que solo en democracia se puede criticar, lo cual significa que solo en democracia el pensamiento de todos, puede evolucionar en forma convergente hacia el conocimiento superior, algo así como el “Enlightened understanding” del cual habla Robert Dahl… pero, pocas veces nos damos cuenta que la crítica en democracia debe ser leal a la democracia ¿y cuál es la principal deslealtad hacia la democracia? Pues inocular eso de que la democracia se la debemos dejar solamente a los políticos, sin aclararnos que todos deberíamos ser políticos ¡la política no es una profesión particular señores! la verdadera política es ejercicio ciudadano, y quien se abstiene de recordarnos esta clave es un desleal, un embaucador, es un traidor a la democracia.

Y mientras esta rectificación conceptual no se dé, la democracia nunca se convertirá en modo de vida, en filosofía, que es lo que debería ser, en cambio, se convierte en una especie de práctica mágica donde nuestros pecados se los transferimos a otros, comenzamos a sacrificar chivos expiatorios -el “voto castigo”- y como el proceso no resuelve nada, terminamos invocando al mesías, que el poder -no la política- ya ha preparado, en otras palabras, ocurre el descenso diabólico, diabólico en el sentido de disociativo, el descenso diabólico de práctica mágica a religión de un falso redentor.

Pero cuidado también, con eso de “la culpa”, cuidado con eso de que “culpables somos todos”, cuidado, porque mayoritariamente hemos sido más culposos que culpables, porque no se puede dudar de la existencia de una operación del poder, que consiste en mantenernos más que ignorantes, desinformados, estoy hablando de un proceso que no solo es “desinformación”, sino modelado, que opera para implantar una cultura donde solo somos “votantes y consumidores”, sobre todo “consumidores de información”, y cuando la información fatalmente es convertida en producto y comienza a operar según lógicas estrictamente mercadológicas, y cuando a este proceso lo rige un consenso, o sea un pacto que ya no es social, ya no es político, sino un pacto de poder, el “consumo de información” activa un control totalitario en donde al pueblo convertido en grupo consumidor, se le sigue diciendo que él es el soberano, y acto seguido, se le lleva a beber a pozos envenenados, a los pozos envenenados de la democracia, a partir de ese momento, la democracia ha sido apuñalada tras bastidores, aunque la soberanía del rebaño narcotizado, se siga expresando a través del voto.

Amigos, este es el problema de la materia prima, uno de los problemas más difíciles ¿saben cuál es la materia prima de la democracia? la información, porque en democracia para poder conocer, identificar, discutir, y decidir, o sea para poder elegir, se necesita información de alta calidad, y lo primero que define la calidad de una información, no es que sea veraz, porque eso muchas veces es una idealización, lo importante antes que nada, lo crucial, es que sea plural, que no provenga solo desde las alturas, la pluralidad debe ser representativa del mundo terrenal, y no de pluralidades celestes, y esta pluralidad solo puede darse si la comunicación social es realmente social y la formación de opinión pública es realmente pública, y eso es precisamente lo que la tecnología hoy en día, vía redes sociales, y vía otros canales digitales, nos puede proporcionar.

Señores, con la internet vivimos una oportunidad como nunca en la historia, y es por eso que los poderes no descansarán hasta volver a poner al genio en la botella, el genio que ellos crearon y se les salió de control, ahora los poderes quieren volver a la misma situación de antes, donde la comunicación y la formación de opinión, eran unidireccionales y en manos de privilegiados que se lo podían permitir, o se lo permitían desde lo alto, cuidado con esto, es verdad que con toda esta libertad, uno se puede topar con mucha basura, esa era la queja de Umberto Eco como intelectual privilegiado del sistema, pero señores ¡así es la vida! ¡en la vida hay de todo! pero si hay hegemonía cultural a favor de la civilización, la nuestra, la que deseamos preservar, o recuperar, no debemos temer.

Bueno, vamos a dejar esta primera parte hasta aquí, que de todos modos ya me pasé muchísimo, en el próximo video seguiremos con esta miniserie sobre “El drama de la democracia”, un drama realmente arrancado de la vida real, como se decía en las telenovelas de mis tiempos de juventud, hace 5, o 10 años, no más

¡Hasta pronto!

@FBoccanera

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